Festejos multitudinarios

En un ambiente de renovada esperanza, miles de griegos celebraron ayer el rotundo “No” a las condiciones de los acreedores que se impuso en las urnas. Con una pantalla gigante, sillas plegables y un equipo de música, muchos siguieron la jornada desde la calle, no muy lejos del centro de Atenas, en la plaza Kumunduru, donde durante la campaña y las elecciones generales de enero, el partido izquierdista Syriza festejó la victoria.

Los rumores hablaban de una posible intervención allí del primer ministro, Alexis Tsipras, de la que todos estaban pendientes. Antes de que el porcentaje de votos escrutados llegara a la mitad, la multitud marchó hasta la simbólica plaza Syntagma para festejar juntos la victoria del “no”, en una imagen de confluencia que rompió con el mensaje de que el referendo dividió a la sociedad.

De hecho, entre las escenas más repetidas estuvieron los abrazos entre amigos, las parejas besándose y las manos entrelazadas junto al puño en alto. El sentir general era muy parecido al de las elecciones de enero, con estudiantes, turistas y políticos que se congregaron sólo para vivir un momento considerado histórico. Luego de unos minutos, Tsipras apareció en un mensaje televisado para asegurar que “el referendo no tiene vencedores ni vencidos, sino que es una victoria en sí mismo”.