Otro clan y otro secuestro

Por ALEJANDRO CASTAÑEDA

EL GRAN SECUESTRO DE MR. HEINEKEN.- Otro clan y otro secuestro. Así viene la mano. Y los secuestradores, al final, también caen, uno a uno. El film parte del libro de investigación periodística de Peter R. de Vries. Y cuenta el secuestro, en Holanda, en 1983, de Freddy Heineken, el rey de la cerveza. Cayó en manos de una barra medio chapucera, que pudo cobrar el rescate después de una larga espera, una cifra cercana a los 18 millones de dólares. Pero cayeron inmediatamente, aunque la totalidad del dinero nunca se recuperó, algo bien conocido. El film pasa del costumbrismo sucio del comienzo a un thriller piadoso, sin malos evidentes la vista. No es ni quiere ser un documental sobre un suceso de alto impacto. Lo que busca es contar la historia desde los secuestradores. Ni la investigación ni la familia de Heineken ni la negociación por el rescate, importan. Sino ellos, esta bandita que en esos l9 días de espera, enfrentaron dudas, miedos, arrepentimientos y enfrentamientos personales. Es un punto de vista prometedor que la realización no aprovecha. Se necesita una mano firme para retratar gente bajo presión. No es el caso de Daniel Alfredson (realizador de las dos últimas entregas de la saga “Millennium”) que aporta deslucido oficio a una trama tan llena de desesperación y suspenso. De cualquier forma, la historia interesa porque esta operatoria delictiva aún sigue vigente. Interesa, pero no atrapa. (*** BUENA).

NI OLVIDO NI PERDON

LABERINTO DE MENTIRAS, de Giulio Ricciarelli.- Este film también está inspirado en hechos reales. Es una de esas películas irreprochable en su mensaje y su intención, pero convencional, didáctica y simplista en su resolución dramática. Sin embargo, esos lunares no empañan la enorme fuerza de su tema. Estamos en Francfort, en 1958. Un joven fiscal, ingenuo y principista, se entera que un asesino de de Auschwitz es maestro de primaria. Y desde allí empieza a tirar del hilo. La ida es llevar la cárcel los responsables de aquellos horrores. En su marcha ira encontrando rechazos y negaciones. La gente no quiere conocer la verdad. Pero el fiscal sigue adelante. Tiene como respaldo al fiscal general y como aliado a un periodista. Todo le cuesta al principio, pero de a poco, tras superar desilusiones y contratiempos, el telón del horror se va corriendo. El juicio fue cinco años después y una docena de asesinos de Auschwitz fueron enjuiciados y condenados. Paralelamente el film cuenta una historia romántica que siempre queda eclipsada por el tema central. Porque es siempre ese pasado tan sórdido y escamoteado lo que va definiendo personalidades y proyectos. Lo que nos dice Ricciarelli es que mientras el fiscal va descubriendo quiénes eran los asesinos, también se topando con algo menos deseado e igualmente doloroso: la negación de una sociedad que sin querer terminó encubriendo ese horror. Más allá de algunas limitaciones y algunos recursos melodramáticos que poco aportan, la historia vale. (***BUENA).

ATAJA TODO LO QUE PUEDE

UNO MISMO, de Gabriel Arregui.- Leve, hasta casi rozar la insignificancia, el nuevo film de Gabriel Arregui (“Mataperros” y “El torcan”) retrata un treintañero solitario (Chino Darín), medio huraño, básico, hijo único y huérfano, que vive como puede en una casita de Quilmes y que tiene pocas diversiones: jugar al fútbol, ir a ver a Quilmes y salir cada tanto con su amigo Bigote. Y en una de esas salidas conoce a ella. Y habrá flechazo, besos, convivencia. Pero ni ella altera la rutina de este solitario medio desganado. Hasta que la convivencia empieza a pasarles facturas. Como mucho film nacional de estos días, la historia da más para un corto que para un largo. Cine contemplativo, con poca carnadura argumental, mínimo y moroso. Pero vale la búsqueda de Arregui, sus exiguos trucos para darle otro aire a la historia. El film podría haber llegado más lejos si el libro se hubiera animado a explorar algunas ideas apenas insinuadas: la despersonalización, la soledad, el temor al amor, la violencia, siempre tan a mano. Pero llegó hasta donde quiso. Eso sí, es casi un unipersonal del Chino Darín, que aquí, ama, extraña, piensa, sufre y ataja . (** ½)

ALEJANDRO CASTAÑEDA
Daniel Alfredson
Gabriel Arregui
Giulio Ricciarelli
LABERINTO DE MENTIRAS
Uno Mismo

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