La falta de ayuda y el hambre impulsan la ola migratoria

La escasez de ayuda humanitaria para los refugiados en los países vecinos de Siria, sumada al estancamiento y a la mayor crudeza del conflicto, alimentan cada vez más la ola migratoria que está llevando a miles de sirios a huir hacia Europa, según afirmaron desde el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR).

El Programa Mundial de Alimentos les otorgaba 27 dólares mensuales (por persona) hasta el año pasado, en julio lo disminuyó a 19 y en la actualidad es de 13,5 dólares. Esa ayuda es imprescindible para los refugiados sirios, ya que su situación empeora día a día, lo que hace que no les importen los peligros, y por eso se arriesgan en busca de una vida mejor.

Según el ACNUR, Europa “tiene que comprender que esta gente no tiene ninguna alternativa y está dispuesta a todo para tener un futuro”, lejos de los bombardeos del régimen, de la represión del Estado Islámico (ISIS) y de la pobreza a la que los llevó la guerra en Siria desde marzo de 2011.

La portavoz de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), Zizette Darkazalli, también subrayó que la “emigración masiva” es consecuencia de la disminución de los fondos humanitarios. Hasta junio pasado, la UNRWA entregaba 100 dólares mensuales para ayudas al alquiler pero, debido a la falta de fondos, ahora sólo puede ofrecer 27 dólares mensuales para alimentos. Esta agencia se ocupa de los palestinos que estaban asentados en Siria y fueron desplazados por segunda vez debido a la guerra en ese país, y que, actualmente, tampoco pueden trabajar en el Líbano por su estatus legal. Se estima que unos 43.000 palestinos han huido de la guerra en Siria, después de verse acorralados por los bombardeos y por el ISIS, como pasó con la represión al campamento sirio de Al Yarmuk. Muchos otros siguen en los campos de refugiados, ante la falta de alternativas.

Dos expertos sirios que trabajan con los refugiados en el Líbano y que mantuvieron el anonimato por miedo a la represión, expresaron que si los sirios hubiesen sido bien recibidos en otros países de Medio Oriente, nunca habrían emprendido viaje a Europa. Pero la necesidad los empuja a escapar: entre 3.000 y 3.500 sirios abandonan el país cada día, algunos incluso a pie, o por mar, hasta Turquía.