Integración: en la Escuela 40 conviven niños de seis países

La interculturalidad llegó para quedarse a las escuelas públicas de la Región. Y hay equipos directivos y docentes que, lejos de aferrarse a fórmulas probadas en otros contextos, afrontaron la nueva realidad con naturalidad pero redoblando el trabajo, innovando, profundizando. ¿El resultado? Una comunidad integrada. Chicos, padres y docentes. Escuela y barrio.

En la Primaria Nº 40 situada en la esquina de 20 y 84, en Altos de San Lorenzo, conviven niños de seis nacionalidades.

“Peruanos, paraguayos, bolivianos, colombianos, venezolanos y argentinos. Son quienes, al mismo tiempo, componen la población del barrio. Y ahí es donde la escuela se erigió en un referente muy importante para la integración de la comunidad. Se nota en las aulas. Pero también en las calles”, apunta la directora de la institución, María Laura Chaves.

La docente comenta que “en la escuela tenemos más de 400 alumnos, y el 45 por ciento proviene o desciende de padres de países limítrofes y no tanto”.

Con bailes y trajes típicos, los niños y sus padres desplegaron ayer un colorido que inundó el gran salón de actos del colegio. Hubo comidas de cada región. Flamearon todas las banderas. Un gran trabajo asomó detrás de la estupenda decoración. Fue un día de fiesta. La más importante de la Primaria 40: La Jornada de Interculturalidad.

“La que ideó este proyecto fue la directora anterior, María Inés Giusto”, reconoce Laura Chaves, quien recuerda que para la primera jornada -en 2011- ella era maestra de grado. Es decir que conoce el trabajo que se hace “desde la cocina”.

“Es que si bien un día al año se realiza la gran fiesta, con los chicos se trabaja en el aula todo el ciclo lectivo. Cada curso se dedica a un país, y desde allí se abordan todas las asignaturas. Es una experiencia muy pero muy interesante, que va creciendo y se va proyectando en las aulas y en las casas”, subraya María Laura.

“El hecho de que para esta fiesta una vecina boliviana se haya ofrecido a ayudar a otra paraguaya a cocinar, en el día a día del barrio no es un tema menor”, apuntó.

El proyecto de interculturalidad ya es parte de la escuela. “Lo que se busca es revalorizar todas y cada una de las culturas. Somos todos latinoamericanos y así lo vivimos aquí cada día”, dice.

Y cuenta que este año se sumó más gente a la que desde un comienzo trabaja con los niños y las maestras del establecimiento.

Una profesora de danzas peruanas, distintos grupos de folklore y hasta el Cónsul de Perú.

“Queremos un mundo donde quepan muchos mundos”, es el lema de la Escuela 40. Mundos que se unen a diario, pero que ayer estallaron en una fiesta de color, música, bailes, gastronomía y mucha alegría expresada por los niños, sus maestras, padres y abuelos.

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