Cifras que están lejos del promedio regional

Un informe publicado ayer por la prestigiosa cadena BBC de Gran Bretaña, reconoce a la Argentina como uno de los países con la tasa de robos más alta de América latina, pero a su vez, con una de las tasas de homicidios más bajas de la región.

Afirma que según cifras oficiales del Ministerio de Seguridad de la Nación, durante 2015 hubo un promedio de 6,5 homicidios cada 100.000 habitantes, mientras que según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) la tasa de homicidios promedios para América latina es de 23 cada 100.000 habitantes. La tasa de 6,5 homicidios cada 100.000 habitantes representa, además, un descenso de 13 % frente a las cifras de 2003. Incluso en la provincia de Santa Fe, una de las más violentas de la Argentina, dice la BBC, la tasa de homicidios es de 12 cada 100.000 habitantes.

Un caso parecido resulta ser el de los secuestros. Según la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, la Argentina tiene menos incidentes: 133 en 2015; es decir- dice la BBC- menos que México (1.888), Brasil (396) Colombia (299) o Chile (266) al año.

Siempre según el informe de la cadena británica, el caso de los robos es un poco más complicado. La Argentina lidera el ranking de los países de la región, con 1.027 robos cada 100.000 habitantes.

De la comparación de cifras el trabajo sostiene que en la Argentina, proporcionalmente, hay más muertos por la inseguridad vial que por el delito.

Para la BBC “la inseguridad en Argentina no está en todas partes: hay lugares tan tranquilos como Europa, pero otros con problemas similares a los de países como Chile, Bolivia o Perú”, dice.

Argumentan que según el Instituto de Investigaciones de la Corte Suprema de Justicia, el 80% de los homicidios que se comenten en Argentina son entre bandas armadas en las villas miseria, donde la ley del más fuerte determina el privilegio, el poder y el control del territorio.

Según los expertos consultados, en el país se resuelven el 30% de los casos de homicidios, frente al promedio de 24% entre los países de la región.

Se reconoce, eso si, que en los barrios marginales -los más peligrosos- aumenta considerablemente el grado de impunidad.