Carrera de perros salchicha, ¡buena para ellos y para su amo!

Frida sale picando a toda velocidad. Tiene que correr 50 metros. El público la alienta, la aplaude, la vitorea, pero ella de pronto se detiene a un costado de la pista, olfatea algo que le llamó la atención por ahí, se distrae unos momentos... ¿Qué pasa? ¿Ha olvidado que estaba corriendo una carrera? ¡No! De repente recuerda su objetivo y vuelve a salir disparada. El público entra en éxtasis, y su dueña también: “¡Vamos, Frida, vamos que ya llegas!”.

Frida siente ese empujón de energía, arremete con sus patitas en el barro y vuela por sobre la línea de llegada. Su marca: 14,09 segundos. Le bastará para subirse al podio del séptimo puesto.

Este tipo de carreras de perros se ve en muchas partes. Son encuentros organizados por raza que en realidad no hacen eje en el rendimiento de los participantes sino, muy por el contrario, en que todos se lo pasen bien.

Ingrid, dueña de Frida, se anotó en la carrera para divertirse. A diferencia de los demás perros, que llegaron al evento tironeando de sus correas llenos de curiosidad y nerviosismo, a Frida se la veía muy relajada.

Los perros salchicha solían ser criados para la caza. Se supone que corrían detrás de zorros y tejones. En algunos países son sumamente populares. Son muchísimos los hogares que optan por esta raza. ¿Por qué? “Porque existen en las más diversas variantes, con pelo largo y pelo corto y, además, no ocupan mucho espacio”, explica el experto en cuestiones caninas Udo Kopernik.

Pero con los salchicha no todo es amor. Tienen su carácter, y a veces se muestran un tanto testarudos. Además, cuando salen a hacer su rondita diaria, pueden llegar a tener un rapto de aquel fervor de caza que caracterizaba a sus antepasados y salen al trote. No hay alternativa: sus dueños deben estar siempre un paso más allá con la mirada y tener la situación bajo control.

Pero justamente ese instinto puede ser muy bueno en un contexto de carrera. Muchos amos les pasan por delante del hocico una pelota, un juguete o una botella de plástico y la arrojan por encima de la línea de llegada. El perrito entiende el estímulo de inmediato y sale disparado a buscar lo que le pidieron.

Estos juegos son buenos para cualquier perro, salvo que tenga un inconveniente cardíaco. Lo importante es que las distancias y los requerimientos estén pensados de acuerdo con sus capacidades. Para los salchicha, que pueden vivir hasta unos 15 años, existen dos marcas: 50 metros para los jóvenes y 25 metros para los que tengan más de siete años.

Lo divertido de esos encuentros es que los amos y los perros pueden conocerse y, por ejemplo, armar una verdadera “community” de salchichas. De paso, si para la inscripción a la carrera se pide un certificado de vacunación que esté al día, el encuentro vela por la salud de las mascotas.

Ingrid termina el día con una enorme sonrisa. Está contenta con el debut de Frida en las carreras y lo celebra con una hamburguesa mientras la salchicha posa feliz y sorprendida para las fotos. Puede que vuelvan a presentarse el próximo año, y quién dice que para entonces Frida no logre subir la mini-escalinata de la victoria y llevarse un trofeo.