Los paraísos parciales de Michael Moore

El polémico documentalista visita el Viejo Continente para contrastar su forma de vida con la brutalidad del “sueño americano”

¿Periodista, cineasta, showman? La combinación original de todas esas facetas, Michael Moore, estrena el jueves en las salas locales el documental “¿Qué invadimos ahora?”, el último trabajo del corrosivo cineasta que, en esta ocasión, bromea sobre plantar la bandera de su país en distintos lugares de Europa y el norte de África, en busca de sociedades más o menos “ideales” que le permitirían paliar muchas carencias sociales que afligen a los Estados Unidos.

Menos explosivo que en “Bowling for Columbine” (2002), sobre la proliferación libre de armas en su país, menos brutal con el establishment que en “Fahrenheit 9/11” (2004) y menos duro que en “Sicko” (2006), acerca del desamparo de la mayoría de la población de quienes no tienen seguro de salud y deben sufrir barbaridades en sus cuerpos, Moore vuelve a ponerse al frente del documental para repreguntar con una indignación propia de Alejandro Fantino, y conseguir a través un estilo efectivo y efectista que tiende a simplificar (a veces excesivamente) complejas cuestiones sociales, derrumbar la noción de “sueño americano” al mostrar a sus ciudadanos lo bien que se vive en materias de educación, trabajo, alimentación, salud y otras cuestiones clave, en lugar tan disímiles como Túnez y Finlandia, con el eje puesto en los beneficios sociales conquistados en numerosos países que cuentan con educación y salud públicas, tema de arduo debate todavía hoy en EE UU.

La oposición que plantea el filme, en el que Moore parece buscar paraísos parciales -no hay crisis econónica ni financiera en Europa, no hay desocupación, no hay “homeless”, no hay migrantes violentados- sirve sobre todo para fustigar su lugar de partida: es antes una denuncia que un ensayo sociológico realizada por un interpelador incómodo pero simpático.

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