El drama nacional y los “sobres” de la Policía
| 2 de Octubre de 2016 | 02:09

A nadie debería haber sorprendido demasiado. Aún así, el dato oficial que confirma que uno de cada tres argentinos vive en la pobreza, y que la mitad de los niños del país está en esa situación, impacta, duele y moviliza.
La nota de apertura de esta edición habla, precisamente, del drama detrás de esas cifras. Porque hablar de porcentajes de pobres es, en realidad, hablar de familias que atraviesan una situación muy difícil. Dentro de esos números, hay una historia de padecimiento cotidiano que encierra, a su vez, muchos otros flagelos. Porque la pobreza, como se sabe, se ha hecho estructural en la Argentina. Y eso significa que no es sólo pobreza: es desnutrición, es falta de educación, es vulnerabilidad extrema.
Cuando se corrobora la dimensión de ese drama nacional, cuesta aún más entender que el Estado todavía subsidie al fútbol, por ejemplo, o subsidie, indiscriminadamente, el transporte de los estudiantes universitarios, que pertenecen al segmento privilegiado de la sociedad, y que haya subsidiado durante más de una década la luz y el gas en Puerto Madero...
La pobreza no es, sin embargo, el tema de esta semana. Es el tema del presente y del futuro de la Argentina.
El arranque de octubre estuvo dominado, mientras tanto, por el escándalo de las coimas en la Policía de La Plata; la nueva postergación del viaje del Papa al país y las negociaciones para frenar el paro de la CGT, entre otros asuntos.
Lo de los “sobres” de la Policía es uno de esos temas que tampoco sorprende a nadie. Es un caso que ha venido a revelar algo que ya se sabía. Para rastrear los orígenes de la “caja negra” de la Bonaerense hay que retroceder, seguramente, varias décadas. Ahora, sin embargo, aparecieron sobres con detalles escritos. Ahí está la novedad. ¿Todo quedará en seis comisarios? Es la pregunta que atraviesa ahora a la Policía y a la Justicia.
¿Por qué el Papa volvió a postergar su viaje a la Argentina? Es otra pregunta de estos días. Muchos creen que hay otras razones, además de una agenda sobrecargada. La sensibilidad que generaría su visita en un año electoral; las polémicas que han provocado algunos de sus gestos en el país; las idas y vueltas con el Gobierno... En cualquier caso, es una postergación que merece varias lecturas entre líneas.
La CGT, mientras tanto, ha vuelto a la conversación central de la política. Anunció un paro nacional que ahora dejó en suspenso; endurece y afloja en un juego de negociaciones con final abierto. En ese contexto, el Gobierno reabre la discusión sobre Ganancias y el aguinaldo y estudia una inyección de fin de año para los sueldos estatales.
La economía dio nuevas señales inquietantes. Las caídas de la actividad industrial y de la construcción en agosto, son síntomas de una recesión que no afloja.
En este paisaje, vino Amado Boudou a dar cátedra en la Universidad de La Plata. El tema era ambicioso: “Reconfiguración de estrategias de dominación imperial en América Latina”. Para estudiantes de Periodismo, no era lo que se llama un título conciso. Pero estuvo a tono con las nuevas compañías de Boudou. Su anfitrión en la Universidad fue el líder de Quebracho, Fernando Esteche.
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