Sin goles, no hubo un ganador, y tampoco un festejo callejero
| 3 de Octubre de 2016 | 01:06

Más allá de las consideraciones futbolística, esas que buscan explicar las razones y motivos que desembocaron en el resultado, y la estatura alcanzada en el juego por cada uno de los equipos, el empate sin goles del clásico platense 157, dejó ayer nuevamente a la ciudad en silencio, porque en definitiva lo que faltó es la celebración de un ganador, esa que inevitablemente tiene como epicentro final la céntrica esquina de 7 y 50.
Las calles tuvieron una tarde-noche en silencio otra vez, por cuanto en el Gimnasia-Estudiantes anterior, el disputado en el mes de abril pasado, en el estadio albiazul del Bosque, igual que el de la víspera, también se había registrado un empate 0 a 0, que significó silencio hasta en el grito de goles, esos que hubieran hecho explotar las tribunas en caso de haber sido anotados por el Lobo y a los que miraron a través de las pantallas si la anotación le correspondía al Pincha.
No hubo goles en los últimos dos clásicos, y obvio que sin ellos no es lo mismo, ni durante el juego, ese que se mueve a partir de una anotación, sea de quien sea, ni después, ya que en condiciones normales nadie sale a festejar un empate sin goles. Y el 0 a 0 va más allá, porque la polémica que pasa para hoy en cada rincón de la Ciudad donde el fútbol es tema de conversación tendrá una fuerza menor. Sin goles, sin emociones de alto riesgo, y sin polémicas, un clásico prácticamente que finaliza en la cancha.
Por todo esto, los hinchas de Gimnasia y de Estudiantes no salieron ayer a las calles para celebrar lo que hubiera sido un triunfo, y eso dejó a las calles sin bocinas, a los barrios sin hinchas buscando al vecino para alimentar el folklore que mantiene viva la pasión por el fútbol, y al centro despoblado como un domingo cualquiera.
Todo lo que los organismos de seguridad habían diagramado quedó en la nada, porque sobre la avenida 7 se habían dispuesto vallas que no se desplegaron, y las custodias policiales colocadas delante de las sedes sociales de ambas instituciones se levantaron antes de lo previsto.
Un cuadro de situación que se extendió a lo largo y a lo ancho de la ciudad en el marco de un operativo de seguridad que incluyó a casi 600 efectivos, para trabajar en el estadio, las inmediaciones y puntos considerados peligrosos por un posible cruce de hinchas, empezando por el sector céntrico, donde en el pasado hubo jornada verdaderamente lamentables por la violencia.
Punto y aparte para el clásico platense, y hasta el año que viene, porque Pinchas y Triperos no volverán a encontrarse por este campeonato oficial de Primera hasta la fecha 24, la denominada “de los clásicos”, que se disputará el año que viene, en este caso con Estudiantes de local. Otra posibilidad para ver goles, que haya un ganador y que el festejo vuelta a las calles.
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