Tanto miedo a perder que no se animaron a jugar

Por MARTIN CABRERA
ANALISIS

La previa de esta edición 157 del clásico platense ya mostraba demasiados temores, silencios y recaudos. También conformismo con un posible empate. Con decir que se ni hubo polémicas los días anteriores. Pues nada cambió 90 minutos después de un partido que de fútbol tuvo poco y nada para destacar. Más bien nada.

Gimnasia insinuó con tener una mayor ambición por ganar el partido. Insinuó, porque sólo en dos períodos breves en cada tiempo se soltaron a sus laterales y jugó con pelota dominada en campo de Estudiantes. Promediando el primer tiempo y en el arranque del segundo. Fue muy breve cada fragmento como para hablar de una tendencia.

Estudiantes tuvo la pelota más que su rival, pero cuando quiso jugarla por el piso se encontró con una realidad que hace tiempo lo está persiguiendo: la falta de un conductor. Por eso, sin Juan Cavallaro ni Augusto Solari encendidos, uno en cada banda, promediando el partido los de atrás empezaron a revolearla sin ponerse colorados.

El partido se jugó casi en su totalidad en la mitad de la cancha. Rodrigo Braña, Sebastián Romero, Santiago Ascacibar, Luciano Perdomo, Carlos Auzqui y Daniel Imperiale fueron los protagonistas. Ellos se prestaron la pelota y de algún arrebato personal se produjo alguna llegada con poco riesgo.

En situaciones claras de gol el Lobo tuvo dos y el Pincha una. En el primer tiempo Nicolás Ibáñez primero exigió a Mariano Andújar al fabricarse él solo una chance tras un pelotazo frontal. El ex Comunicaciones le pegó fuerte desde afuera del área y salvó el arquero. La otra fue con un cabezazo que picó en el piso y salió por encima del travesaño.

Los más destacable del clásico fueron los veteranos: Braña, Chirola y Desábato. La edad todavía no les pasa factura

Estudiantes sólo una vez pudo llegar hasta el arco de Martín Arias. Fue, como antes Ibáñez, con un pelotazo frontal que dominó Javier Toledo al ganarle la posición al uruguayo Gorga. El delantero le pegó fuerte, bajo y a un palo, pero el arquero respondió muy bien.

Otra jugada de riesgo en favor del Pincha lo tuvo a Lucas Viatri como protagonista. Tras un córner desde la derecha forcejeó con el marcador, pareció que le cometieron penal, y la pelota se fue por un costado

Gimnasia y Estudiantes no se animaron a ganar. Lucas Licht, siempre canal de ataque por la izquierda, pisó pocas veces el campo rival, preocupado por las subidas de un Solari que jugó mal. Tampoco pesó Juan Cavallaro en el Pincha y Nelson Vivas no acertó cuando se animó a poner a Viatri como falso 9 y a Toledo de delantero.

Poco juego elaborado, mucha fricción y esa sensación en el ambiente que el empate estaba firmado tácitamente antes de empezar. El miedo a perder los hizo olvidar del arco de enfrente, los tres puntos y la gloria por el triunfo.

En definitiva, Gimnasia no perdió contra un rival al que siente superior, para empezar a apagar el fuego interno luego de la pelea entre el técnico Gustavo Alfaro y el presidente Onofri post venta de Maxi Meza. Y Estudiantes sigue esa racha positiva en el clásico, en el cual perdió un solo partido en diez años, para seguir mirando a todos desde lo más alto de la tabla y con la valla invicta. Y luego de los sinsabores coperos.

Consuelo de pobres, pero consuelo al fin y al cabo para que los jugadores hayan podido tener un domingo en paz, en una semana que será larguísima por el parate de las Eliminatorias Sudamericanas. Mucho trabajo por delante para los técnicos para mejorar el juego de sus equipos, porque ni Gimnasia ni Estudiantes podrán repetir partidos como el de ayer, si es que quieren ser protagonistas. El clásico ya pasó. Y no dejó nada.