Matan a golpes a una comerciante en el asalto a una casa de comidas en 1 y 69

Tan duro golpearon a una comerciante de nacionalidad china, que le fracturaron el cráneo y le causaron la muerte. Fue ayer a la mañana en la propiedad donde ella trabajaba y vivía con sus familiares, tres de los cuales también fueron agredidos, aunque sobrevivieron. El único que zafó de los golpes fue un pequeño de dos años (nieto de la víctima fatal), a quien, sin embargo, maniataron.

El responsable fue un delincuente que, sospechan los investigadores, actuó con la complicidad de una joven empleada de las víctimas, que fue aprehendida poco después del hecho. El autor material del crimen permanece prófugo y es “sumamente agresivo”, tanto, que rompió el arma pegándole a la comerciante.

Con la muerte de esta mujer ya son 40 las personas asesinadas en la Región en lo que va del año, once de ellas por un robo.

MAS TEMPRANO DE LO HABITUAL

El hecho ocurrió en 1 entre 69 y 70, donde funciona una casa de comidas exprés y, lindero al local, la vivienda de sus encargados.

El dueño fue identificado oficialmente como Zhew Huo Yang, de 35 años; su mujer es Wu Sin Hong, de 30, y los padres de ella, Wu Zu Yuan (52) y Yoy Hua Zhow (50). Todos ellos estaban en el lugar al momento de la secuencia, junto con el hijito de la pareja más joven, que tiene 2 años, según las fuentes.

Eran alrededor de las 7 de la mañana y el grupo familiar se preparaban para abrir su comercio, cuando los sorprendió la llegada de una de las empleadas, Alicia Ramírez Maldonado, una chica de nacionalidad paraguaya y 24 años que, por lo que contaron los vecinos y los investigadores, “debía entrar una hora más tarde”.

Ante los primeros policías que llegaron al lugar, ella contó que justo cuando Wu Zu Yuan le abrió la puerta, al menos tres sujetos irrumpieron en la finca y golpearon a los dueños, para llevarse su teléfono celular y 30 mil pesos de los patrones.

Mientras la joven hacía estas declaraciones, las víctimas eran asistidas en el hospital San Martín, a donde habían sido trasladadas por las lesiones que sufrieron en el brutal ataque. Una vez que estuvieron en condiciones de hablar, ellos contaron otra historia.

En el mismo policlínico dijeron que había ingresado un solo hombre que describieron como “joven, delgado y alto, vestido con una campera de nailon negra, un pantalón y una gorra del mismo color”, aunque lo más interesante que revelaron fue que la empleada “había participado activamente del hecho”, aseguró un jefe policial.

Según los comerciantes, la joven “le franqueó el acceso al sujeto que cometió el robo y hasta sostuvo la puerta de una de las habitaciones para que las víctimas no salieran hacia el salón comedor para pedir auxilio”, completó la misma fuente.

La sospechosa, incluso, habría sido la encargada de “atar al nene y mantenerlo debajo de una cama”, comentó a este diario otra empleada del local.

“SE LE ROMPIO EL ARMA”

Fue You Hua Zhow la más castigada por el criminal, quien le pegó con la culata de un arma hasta romperla. “Cuando llegamos, esta mujer apenas podía articular palabras”, admitió una fuente con acceso a la causa.

Dentro de la vivienda quedó abandonada el arma utilizada en el hecho, un revólver muy antiguo del calibre 8 milímetros, sin marca visible y con tres cartuchos.

Los médicos del San Martín intentaron estabilizar a Zhow y la sometieron a una intervención quirúrgica, pero no sobrevivió. Murió a la una de la tarde.

Con los testimonios de las víctimas -una habla muy bien el español y las otras dos requirieron un intérprete-, el fiscal Marcelo Martini dispuso la aprehensión de Alicia Ramírez “por razones de urgencia” y el delito de “homicidio en ocasión de robo”. A la tarde solicitó su detención, que deberá resolver el juez Juan Pablo Massi en las próximas horas. Si la avala, la indagarán hoy mismo. La investigación quedó en manos del gabinete de Homicidios de la DDI.

EN BUSCA DE LAS CAMARAS

Ayer a la tarde, los vecinos de la cuadra comentaban lo que había pasado mientras miraban de reojo el desfile de peritos y detectives del otro lado de la cinta perimetral. Desde la puerta entreabierta se veían manchas de sangre.

En simultáneo, algunos policías entrevistaban a potenciales testigos y buscaban cámaras que pudieran haber registrado la fuga del asesino. Por lo que trascendió, no son muchas.

“La mayoría de las de monitoreo no funcionan, hay una privada que no filma y otra a la que todavía no tuvimos acceso”, informó un investigador. El criminal sigue prófugo.