Combinación de reclamos e impotencia ciudadana

Siempre hay lugar para la innovación en el catálogo de apropiaciones del espacio público que padece la Ciudad. Pero las sensaciones de los platenses son las mismas desde hace rato: resignación, frustración, furia contenida. La jornada de ayer no fue la excepción, con la confluencia de protestas de trabajadores nucleados en cooperativas, organizaciones políticas, y sociales, y actividades gremiales callejeras.

Desde muy temprano, el centro volvió a convertirse para miles de automovilistas y usuarios del transporte público en ese particular laberinto que tiene muchas entradas pero ninguna salida. En muchas esquinas, con los coches y colectivos encimados, cruzados y trabados, intentando maniobras a todas luces imposibles, bocinazos, aceleraciones, frenadas e insultos fueron la banda de sonido de una película grotesca.

Los vecinos y comerciantes, en tanto, padecen por el espeso humo y quedan aturdidos por los reiterados estruendos. “Da mucha bronca, vivo como rehén en mi propio barrio”, se lamentó Malena Gómez, que vive en inmediaciones de plaza Moreno y está harta del hollín por la quema de neumáticos.

En las inmediaciones de plazas Moreno, San Martín e Italia, los piquetes se materializaron en simultáneo para desdicha de quienes intentaban llegar a cualquier parte. En el primero de los casos, cooperativistas municipales pidieron un aumento salarial.

Emilio Marcioni, del Movimiento Justicia y Libertad, resumió que “a pesar de las promesas, seguimos cobrando 3.500 pesos y quedamos excluidos de las subas acordadas con los trabajadores de la Comuna; anunciaron mejoras pero el aumento nunca se concreta, y con la inflación que hubo el salario no alcanza para nada”.

Entre potenciales pasajeros de micros que deambulaban refunfuñando en busca de paradas viables, la plaza San Martín mostraba sus inmediaciones bloqueadas por carros, caballos y “ollas populares”, en el marco de la convocatoria formulada por la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa (CCC).

Estas agrupaciones reclamaron la declaración de un estado de “emergencia social”, la creación de puestos de trabajo y el reconocimiento de la “economía popular” por medio de un registro nacional que permita otorgar a los protagonistas del sector un “salario social complementario”.

Las asambleas obreras con calles bloqueadas, los estruendos pirotécnicos y los discursos amplificados que la UOCRA local suele promover en los atardeceres de 44 entre 4 y 5, ayer se mudaron al horario pico diurno.

Entre las 9 y las 16, docenas de personas permanecieron sobre la avenida 44, entre humo de parrillas improvisadas. “Cuando creemos que ya no nos va a pasar nada peor, nos sorprender”, indicó un docente que vive en la cuadra: “los tres chulengos de chori y bondiola que ponen en la cuadra -uno en la puerta de una entidad contra la bulimia y anorexia- quedaron fijos, todos los días. No se puede estar; es una zona liberada”.