Impacto frontal

MARIA VIRGINIA BRUNO

Lo que hasta hace algunos meses era un hecho, ahora no lo es. Manuel Moretti afirma, con triste seguridad, que el negocio del entretenimiento, del que Estelares es parte desde hace veinte años, “ha bajado entre un treinta y un cuarenta por ciento” en lo que va del año, y ahora las expectativas vienen envueltas con papel de incertidumbre.

“Estamos muy contentos de poder tocar acá. La última vez que vinimos, en abril, el lugar estalló, pero ahora la situación es otra, no sabemos cuánta gente va a asistir porque sabemos que en el país las cosas bajaron un montón”, tira Moretti, del otro lado de la línea, en diálogo con el Joven.

“Acá” es La Plata, claro. Y lo que va a tocar el grupo que encabeza el cantautor junto con Víctor Bertamoni y Pali Silvera es el repertorio del flamante “Las antenas”, su séptimo disco de estudio, que esta noche tendrá su presentación oficial.

Artista experimentado, que perfecciona su “métier” desde hace dos décadas y media, Moretti es también el mascarón de proa de un equipo de trabajo que incluye músicos, asistentes y técnicos. Y en ese sentido es ineludible su preocupación ante la realidad que describe. De todos modos, se refugia en el desafío que este contexto ofrece y la posibilidad de volver al mismo escenario -el de la sala Opera- seis meses después, con una propuesta nueva, y anhela que “vaya mucha gente para que sea un show cálido”.

Movilizado, y manejando las emociones, Moretti está feliz con el bautismo del nuevo espectáculo en vivo, en el que combina el tracklist de “Las antenas” con sus infaltables caballitos de batalla, sus hits, que son muchos desde los primeros años del noventa, cuando con Bertamoni se despedían de Los Peregrinos e iniciaban el trayecto estelar.

Por eso advierte que será un “show largo” y quizás -sólo quizás- acceda a otorgar la ya clásica licencia al público platense que siempre le pide temas súper viejos. “Veremos qué pasa”, dice: “A veces te copás y hacés un regalo, no sólo a la gente, sino a vos mismo, porque por ahí terminás tocando canciones que no tocás hace rato”.

“Las antenas”, por caso, incluye canciones nuevas y otras rescatadas del baúl de la memoria, una tendencia que sigue el patrón de discos anteriores. Sin embargo, el mismo trovador se sorprende de sus hallazgos.

“Hay cosas increíbles. Hará dos o tres meses un amigo de Misiones me envía dos canciones y me dice ‘¿cómo se llaman estos temas?’, y yo ni me acordaba de que los había tocado alguna vez. Y son canciones con melodía, con letra, tocadas en guitarra en vivo por mí y yo no tenía ni idea”, cuenta, y revela que en su casa tiene una valija llena de cassettes de los que sólo ha escuchado la mitad.

¿Material de oro? “No sé si de oro”, contesta, y bromea: “...pero sí hubo un momento en el que yo trabajé muchísimo”.

“¿Quién no se ha besado en Mardel”, el quinto tema del álbum, es una de esas perlas rescatadas. “Si bien parece re actual, porque está buenísima, esa canción surgió de un día que puse la portaestudio, que la tenía apagada hacía cinco años, cambié un cassette, apreté play y salió… ¡y me la había olvidado por completo!”.

Pero la cosa no funciona así, tan fácilmente, con todos los temas aggiornados. Para Moretti influye todo, los casi veinte años de la banda, sus cincuenta pirulos y “el relevamiento de revisionismo interno” que hace a diario. También, claro, la consolidación del grupo que, esta vez, según el cantante, “entendió perfectamente cómo subir esos temas de otra época a este disco”.

Es que, para Moretti, el vivo de la banda actual es el mejor que han logrado en sus dos décadas de trayectoria. “Los pibes suenan ajustadísimos, desde Javier, Guille, El Rata, Pablo, Víctor… todos. La verdad es que cuando salimos a escena yo me siento muy cómodo, muy seguro, los pibes están inspirados. Y eso quedó registrado en el disco”.

Sucesor de “El costado izquierdo” (2012), “Las antenas” llegó este año a las bateas con una propuesta que, según Moretti, apunta a “otro estado de ánimo, un poquito más de atención emocional”. Con el regreso a la producción de Juanchi Baleirón, se consiguieron sonidos nuevos con un ingeniero que trabajó de manera diferente, y por eso cree que no hay placa anterior que se le asemeje.

“En cuanto al audio, tenemos la sensación de que este disco es el mejor, el que más nos gusta por lejos -afirma Moretti-, sobre todo el trabajo del operador, Mariano Bilinkis, que hace que esté buenísimo. Nos encantó y nos sorprendió grandiosamente. Sinceramente, pensamos que no iba a quedar tan bueno. Y eso tiene que ver con el operador, con el trabajo de Juanchi y de la banda, obvio, que está recontra aceitada”.

Tras su paso por La Plata, Estelares llevará sus antenas por diferentes puntos del país -Tucumán, Rosario, Córdoba, Trelew, Mendoza- para terminar la gira en México, en donde ofrecerán cuatro shows. Aunque cansadora, la ruta de la banda en vivo es provechosa, y Moretti se consuela con que son viajes cortos, de pocos días, que le permiten volver a casa pronto. “Si no, se haría muy difícil”, sostiene.

De todos modos, es su trabajo y está “agradecido y bendecido” por las devoluciones de la gente y de la crítica. “Hay mucha gente emocionada, incluso nosotros”, cierra Moretti, esperanzado con que la convocatoria para esta noche sea un éxito: “Así tocamos este disco con el marco que se merece”.