Un nene cayó en un pozo de Absa y por poco no terminó en una tragedia
| 7 de Octubre de 2016 | 02:34

En un contexto plagado de trampas urbanas, el peligro latente que representa la ausencia de tapas en pozos de Absa por poco desencadena una tragedia en Ringuelet: fue cuando un nene de 11 años que caminaba por 1 y 515 bis se cayó en un profundo hoyo del pavimento; afortunadamente lo pudieron rescatar un hermano y un vigilador de la zona, pero terminó internado en el Hospital de Gonnet y aún guarda reposo. “Mi hijo quedó apenas agarrado de un caño, se podía haber ido al fondo y eso tiene una profundidad como de cuatro metros; podría haber pasado algo terrible”, contó Norma Robles, madre de Lautaro, el niño accidentado.
Todo ocurrió el lunes pasado en la zona cercana a donde se desarrollan obras de electrificación del tren Roca, cerca de las ocho de la noche. Lautaro caminaba junto a su hermano Lucas - 28 - y Cristian, un amigo, en medio de una cerrada oscuridad. Un hombre de seguridad que los vio avanzar hacia el pozo los encaró para advertirles que tuvieran cuidado, pero no llegó a tiempo. Repentinamente Lautaro sintió como si la tierra se le abriera y la sensación de que el estómago se le subía. Con manotazos instintivos y mientras se golpeaba por las irregularidades de las paredes del inmenso agujero, alcanzó a tomarse de un caño.
Como paralizado por el miedo, Lautaro permanece en reposo desde el día del accidente, tiene temor de que apaguen las luces y se niega a comer porque le duele la mandíbula.
Su hermano escuchó el grito, pero cuando se dio vuelta para verlo, el nene había desaparecido como si se lo hubiera tragado la tierra; sin embargo, el sereno supo con certeza que el pequeño estaba atrapado en las fauces de ese pozo ciego que llevaba largo tiempo destapado.
En el medio de la desesperación, entre los tres alcanzaron a tomar la mano de Lautaro y lo traccionaron poco a poco hasta que estuvo completamente afuera.
El nene se veía muy golpeado, con un corte en el mentón y no podía mantenerse en pie. Lo llevaron en andas hasta 6 bis y 516, donde está la casa de su abuelo, en la que vive junto a su madre y otras tres hermanas.
“Lo trasladamos al Hospital de Gonnet, le hicieron placas y estuvo en observación durante 24 horas; está muy golpeado en todo el costado izquierdo, incluso le hicieron estudios de riñón, además le subió la presión porque tiene problemas de arritmia”, señaló su madre.
Como paralizado por el miedo, Lautaro permanece en reposo desde el día del accidente, tiene temor de que apaguen las luces y se niega a comer porque le duele la mandíbula.
“Quedó muy asustado, pensar que hasta hace unos días andaba en bicicleta por todos lados y ahora no se anima ni a levantarse porque le duele mucho la cadera”, agregó Norma Robles.
SIGUE DESTAPADO
La madre asegura que pese al accidente que sufrió el nene, hasta el miércoles pasado estaba descubierto ese pozo, cuya profundidad estiman cercana a los 4 metros.
“Ya me comuniqué con la empresa que construye el puente que se está haciendo y con la Municipalidad, pero todos dicen que no sabían nada de la existencia del pozo; en la delegación de Ringuelet me dijeron que lleve fotos y cuando quise exponer lo que le pasó al nene en la Comisaría Sexta no quisieron asentar mi denuncia”, agregó la mujer.
La familia de Lautaro está convencida de que el accidente podría haber sido una tragedia y de que el susto que se llevaron podría haberse evitado. No entienden cómo un pozo de esas características y con decenas de obreros recorriendo a diario la zona por las obras del Roca, pasara desapercibido.
Norma señaló que espera que alguien le dé una explicación y que la ayuden a afrontar el costo del tratamiento psicológico que deberá hacer su hijo, a quien ve con un gran trauma por la experiencia.
“Nosotros vivíamos en Tolosa, a raíz de la inundación nos fuimos a San Miguel porque en ese momento yo perdí a mi bebé y ahora que volvimos a la casa de mi ex suegro, nos pasa esto”, dijo la mujer.
Cabe destacarse que en una recorrida por el lugar del accidente EL DIA constató que el pozo en el que se cayó Lautaro estaba ayer apenas cubierto por una madera y unas piedras. Los vecinos aseguraron que estuvo destapado por semanas.
RECLAMOS QUE NADIE ATIENDE
En tanto Nahuel Schmidt, delegado de Ringuelet, informó que el mantenimiento de ese pozo le corresponde a Absa y que recibió muchos reclamos de los vecinos para que el espacio se repare. “Tiene que ponerse una tapa con una estructura calzada, pero la firma - por Absa - no respondió, lo que hicimos fue taparlo provisoriamente, pero al rato lo sacan y queda destapado”, apuntó el funcionario.
Por su parte Absa informó que en ese lugar había una tapa de hierro que fue robada, la reemplazaron, pero no duró mucho tiempo, entonces se optó por reemplazarla por otra de cemento. Sin embargo el constante paso de los camiones vinculados a las obras del Roca la rompió. “La tapa se rompió por la circulación del tránsito pesado, pero la empresa no tenía registro de la rotura, no había reportes en el sistema; ahora el lugar fue cercado por personal de la empresa y mañana - por hoy - se colocará una nueva tapa”, dijo el vocero consultado.
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