Escuela sin clases por desbordes cloacales

Por un serio problema en la red cloacal, las autoridades de la Escuela N° 45, ubicada en 68 entre 115 Y 116, decidieron suspender las clases desde el viernes pasado hasta ayer. La medida fue cuestionada por los padres que se quejaron por las falencias de infraestructura que provocaron pérdidas del ciclo lectivo.

La obstrucción fue informada en el Consejo Escolar a la vez que se presentó el reclamo en Absa para que realice las tareas necesarias.

Las autoridades colocaron un cartel en la puerta para anunciar la suspensión de clases y el número de reclamo formulado a Absa. Sin embargo, se negaron a informar cuál fue el grado de deterioro sufrido en las instalaciones y si, tal como trascendió, hubo aulas que se inundaron.

“Informamos todo a la inspectora y al Consejo Escolar, no vamos a informar a nadie mas”, dijo escuetamente ayer una docente del establecimiento.

La medida afectó a cerca de mil alumnos que se reparten en dos turnos, mañana y tarde.

En la Dirección de Escuelas se confirmó que la suspensión de clases del viernes pasado y de ayer se debió al desborde cloacal.

“Se taparon las cloacas, eso afectó los sanitarios, pero ya estuvo la empresa y mañana - por hoy - las clases se van a dictar con normalidad”, comunicó el vocero consultado.

De acuerdo a lo que se indicó se detectó una importante obstrucción cloacal en la vereda, en un tramo de la calle y en una cámara que está detrás del edificio escolar.

Una cuadrilla de operarios de Absa realizó distintas maniobras entre la mañana y la tarde de ayer para normalizar la prestación.

“Ya están terminando las tareas para dejar la red en perfectas condiciones, por lo que garantizamos que mañana - por hoy - las clases se van a poder desarrollar con normalidad”, agregó el vocero.

Como se recordará, la Escuela Primaria 45 del barrio El Mondongo es conocida popularmente como “la escuela de Favaloro”, por ser la que tuvo en sus aulas al prestigioso profesional.

El edificio tuvo en los últimos años diferentes inconvenientes de infraestructura y hace un tiempo los responsables de la cooperadora dijeron que desconocían la existencia de un fondo educativo que se destinaba directamente a los municipios.

Junto a otras cooperadoras se reclamó la entrega de ese dinero para “mejorar la educación de los niños y las condiciones de trabajo de las maestras”. Entre otras cosas se pensó en comprar una guitarra para las clases de música y ampliar la biblioteca.