El corto viaje de Nueva York a Washington en el avión privado del magnate

En la mañana de ayer, el magnate Donald Trump abandonó su lujosa residencia en la Torre que lleva su nombre en Nueva York, rumbo al aeropuerto internacional de LaGuardia. La partida fue realizada con un notable despliegue. Se iba a producir al fin el primer encuentro cara a cara entre el presidente Barack Obama y su sucesor en el cargo, que asumirá el próximo 20 de enero. Al emprender el breve viaje aéreo hacia Washington, punto de reunión con Obama para iniciar la transición, el famoso Boeing 757-200 propiedad del magnate fue blanco de los cañones hidrantes de las fuerzas de seguridad. El avión no recibió el agua debido a una urgencia, sino que se trató de una tradición. El dibujo que conforman los dos chorros de agua en el aire por sobre el paso del avión se denomina “arco de honor”. En realidad, es una especie de saludo reservado para ocasiones extraordinarias como el retiro de un piloto, la presentación de un avión nuevo en la flota o eventos especiales como el encuentro de ayer.

A bordo de su avión, en el que se lee su apellido en grandes letras, Trump aterrizó en el aeropuerto Ronald Reagan de Washington DC y desde allí se dirigió a la que será su residencia y sede de su Gobierno en poco más de dos meses.

Así, Trump y Obama continuaron la tradición “marca de pureza” de la democracia estadounidense, al reunirse en la Casa Blanca e iniciar la transición no sólo pacífica sino también amable y civilizada de la presidencia en el país del Norte.

El presidente Obama y la primera dama, Michelle Obama, recibieron a los futuros moradores de la mansión presidencial tal como ellos fueron recibidos ocho años atrás por George y Laura Bush. Los Trump llegaron a Washington al aeropuerto Ronald Reagan en Arlington, Virginia, a media mañana a bordo del avión personal de Trump y media hora más tarde ingresaron a la Casa Blanca por la entrada sur del edificio, sin ser captados por las cadenas de televisión que estaban transmitiendo en vivo. Obama y Trump se dirigieron a la Oficina Oval, mientras Michelle y Melania Trump pasaron al sector privado de la Casa Blanca.