A un año, Francia recordó los atentados de París
| 14 de Noviembre de 2016 | 02:39

El presidente francés, Francois Hollande, encabezó ayer la conmemoración del primer aniversario de los atentados islamistas registrados en París contra el Estadio de Francia, varios bares y el teatro Bataclan, que le costaron al vida a 130 personas. Mientras Hollande recordaba a las víctimas, su primer ministro, Manuel Valls, adelantó que se mantendrá el estado de emergencia, que su gobierno impuso después de los ataques y que desde entonces es duramente criticado por la oposición de izquierda, durante “algunos meses más” para continuar “protegiendo a la democracia”.
“Es complicado en este momento poner fin estado de emergencia, especialmente cuando en unas pocas semanas vamos a comenzar una campaña presidencial en la que se van a celebrar reuniones públicas”, anunció Valls en una entrevista con la cadena de noticias británica BBC. “Nos permite actuar de forma efectiva, hacer arrestos y confiscar armas, así que, sí, el estado de emergencia durará ciertamente algunos meses más”, concluyó.
Las palabras de Valls, que seguramente tendrán un eco importante en la campaña de las primarias presidenciales que ya arrancó, pasaron casi inadvertidas en medio de las conmemoraciones y los testimonios de aquella sangrienta noche. Hollande recorrió todos los lugares que fueron atacados, pero a la hora de dar el único discurso del día en el Estadio de Francia le cedió el micrófono a uno de los hijos de uno de los primeros que fallecieron el 13 de noviembre de 2015, Manuel Dias. El joven aseguró que su padre no habría querido que su recuerdo estuviera asociado al odio y terminó su discurso al grito de: “¡Viva la tolerancia, viva la inteligencia, viva Francia!”.
Después de esa primera ceremonia, Hollande, acompañado por la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, continuó el recorrido de los ataques de esa trágica noche y visitó uno a uno los bares y los restaurantes donde los atacantes tirotearon a los presentes o se inmolaron en medio de grupos de jóvenes que tomaban o comían algo con amigos. La última parada, y quizás la más simbólica de la masacre, fue el teatro Bataclan. La conocida sede de recitales fue el escenario de la peor masacre de la noche, 90 muertos, y recién anteanoche reabrió sus puertas, con un show del cantante británico Sting, al que fueron invitados sobrevivientes y familiares de víctimas.
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