El vigilador preso por el crimen del "arbolito" complicado por la declaración de su mujer

La mujer de Pablo Reyes, el único sospechoso del crimen del "arbolito" Nicolás Silva, reveló una serie de datos que complican la situación de su esposo que aún permanece en prisión. Brenda Blanco Rondón de 39 años relató ante la Justicia que su marido clavó las puertas del placard donde ocultó el cadáver de la víctima en una bolsa, y precisó además que horas antes del hallazgo del cuerpo sin vida del vendedor de dólares, había echado de la casa a su pareja porque le habían desaparecido 10.000 pesos.

Los datos fueron aportados en la declaración indagatoria a la que se sometió a la esposa de Reyes que estuvo algunas horas detenida por el caso pero que más tarde fue liberada por falta de mérito, al igual que su suegro Antonio Reyes (62). "Yo nunca participé, ni colaboré en nada de lo que se me acusa. Yo nunca ayudé a mi esposo. No conozco al señor este que se encontró en el mueble de mi casa", dijo Blanco Rondón al iniciar la indagatoria ante el juez de instrucción porteño Guillermo Carvajal.

La mujer oriunda de Perú, pero que tiene ciudadanía argentina, explicó cómo fueron las circunstancias en las que se encontró con el cuerpo. Señaló que el domingo por la mañana echó de su casa a Reyes (35) porque estaba convencida de que su marido, que trabajaba como empleado de la empresa de seguridad encargada de la vigilancia de la agencia Télam, le había sustraído 10.000 pesos que guardaba bajo llave en un bolso dentro de un placard. Según adelantó "no era la primera vez que faltaba dinero".

"Me levanté y discutimos muy fuerte porque la noche anterior veníamos peleando. A mí me faltaban diez mil pesos que tenía para pagar el alquiler y la obra social. Lo llamé al laburo, al celular a la noche, para que me diga dónde estaba la plata, y no me respondió ni me solucionó nada. A la mañana cuando discutimos yo lo eché de mi casa", dijo ante el juez.

La mujer que trabaja en el Ministerio de Economía de la Nación y como secretaria en un consultorio, explicó que ese mismo domingo se puso limpiar el departamento y sintió un "mal olor" que venía de la pieza de servicio, donde están las cosas del perro labrador que tienen de mascota. "Empiezo a sacar las cosas que había en la habitación de servicio, valijas, la cama del perro y cuando corrí, sentí el olor mucho más fuerte", relató. Al detallar cómo fue que encontró el cadáver de quien después se supo era Silva, la mujer recordó que fue al placard de esa dependencia a buscar los guantes para limpiar y que una de las tres puertas del mueble no abría, por lo que pensó que estaba hinchada porque "el perro se había orinado".

"Entonces la llame a la nena, la hija mayor de mi esposo, para que me ayude a tirar la puerta. Cuando nos dimos cuenta, tenía un clavo atravesado y por eso no se podía abrir. Ahí ya me asusté. Agarré el martillo, tiré del clavo y se abrió la puerta. Y la bolsa salió y salió un olor. Vi la bolsa llena de gusanitos", dijo la imputada. "Me asusté y lo primero que hice fue llamar a mi suegro, porque el olor era muy nauseabundo. Yo no toqué nada, me asusté. Cuando vino mi suegro ya sintió el olor desde el pasillo. Vio la bolsa, la abrió un poco y vio un buzo y me dijo 'llamemos a la policía'. Los dos nos asustamos mucho", agregó.

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La mujer afirmó que no sabía quién era Silva, que nunca había escuchado su nombre y que cuando le preguntaron por las veces que su esposo fue a declarar como testigo en la causa por su desaparición, la mujer explicó que Reyes inventó una excusa. "Él me comentó que habían secuestrado a alguien cerca de su trabajo en Télam y que la policía se había acercado a ver si había visto algo, a él y a su compañero", relató. Blanco Rondón comentó que no sabía si su marido tenía problemas financieros, que sólo "jugaba a la quiniela" y que él le había dicho que había sacado un crédito por 180.000 pesos que terminó siendo de 50.000 que usaron para pagar la garantía del departamento, un alquiler y algunas otras cuentas.

"Cuando yo lo conocí él se drogaba, pero yo lo ayudé mucho. Cambió. Yo lo conozco hace más de ocho años, desde el 2007. Nunca tuve un hecho de violencia, es muy cariñoso, muy compañero mío y amoroso con mis hijas. Nunca ha sido agresivo, más que levantar la voz. No es una persona agresiva de levantar las manos", dijo la esposa del imputado. En tanto, fuentes policiales informaron a Télam que Reyes continuaba hoy internado en el Hospital Ramos Mejía con custodia de la comisaría 8va. de la Policía de la Ciudad.

El empleado de la empresa de seguridad Gruspa estuvo tres días prófugo hasta que el miércoles quedó detenido luego de que intentara suicidarse con cortes en una de sus muñecas en la habitación 17 del segundo piso del hotel "Galicia", ubicado en Hipólito Yrigoyen 3072, en el barrio de Balvanera. En el lugar donde fue encontrado ensangrentado, Reyes dejó dos cartas, una a la Policía en la que asumía la comisión del crimen de Silva y otra en la que se despedía de su familia. El fiscal a cargo de la causa, José María Campagnoli, del distrito Saavedra-Núñez, ya aseguró que no tiene dudas de que Reyes fue el autor material del crimen del empleado de la financiera, aunque no descartaba la participación de terceros.

El cadáver de Silva, quien se encontraba desaparecido desde el 4 de octubre último, fue encontrado el domingo en un placard del departamento de Reyes, en el 4to. piso "A" de Venezuela 1218, en el barrio de Monserrat, el último lugar donde había ido el "arbolito" a hacer una operación de cambio de divisas con los 70.000 pesos que llevaba encima. El cadáver estaba envuelto en una bolsa de nailon tipo industrial y su cabeza tapada por una bolsa de residuos roja sujetada con un collar para perros. La autopsia reveló que Silva había recibido una puñalada en la espalda, había muerto por asfixia y que la data de muerte coincide con la fecha de su desaparición.