Gimnasia logró un triunfazo para meterse en semifinales
| 18 de Noviembre de 2016 | 01:20

SALTA
ESPECIAL
En un partido para el infarto, que tuvo todos los condimentos existentes, Gimnasia derrotó 4-2 a San Lorenzo por penales y se metió en las semifinales de la Copa Argentina.
El partido había terminado 2-2, luego de un gran primer tiempo del Lobo, que con inteligencia se había puesto 2-0 arriba y parecía que estaba para golear. Pero el rápido descuento y el bajón anímico lo dejó contra las cuerdas y a punto de perderlo. Fue un partido increíble con muchos puntos para guardar en la memoria y otros para olvidar rápidamente.
El primer de Gimnasia gol llegó en el inicio mismo del partido. Iban apenas dos minutos y en la primera pelota perdida (se equivocó Fernando Belluschi en la salida) recuperó el Lobo y por el sector izquierdo del ataque edificó un contragolpe hasta que Lucas Licht tiró un centro cruzado. Por el segundo palo Nicolás Ibáñez se aprovechó de las dudas del juvenil Rojas y con un fuerte derechazo marcó el gol.
Ese fragmento fue la mejor muestra del primer tiempo, en el cual Gimnasia dominó tácticamente a San Lorenzo, con la presión en la salida de Franco Mussis y la marca casi personal de Luciano Perdomo sobre Fernando Belluschi. Así, esperando en su campo pero lejos del área, el Lobo casi que ni se tuvo que arremangar para controlar a un rival que nunca estuvo cómodo, se mostró impreciso y en defensa dio una y mil ventajas.
En ese primer tiempo el chico Ibáñez fue una pesadilla por la derecha. Desde allí, con el aporte de Chirola Romero, plantó bandera para iniciar las contras y los ataques de su equipo. Desde allí le tiró un centro atrás a Ramiro Carrera que casi termina en gol y desde allí casi convierten el propio Ibáñez y Pablo Vegetti (lo frenó el travesaño), ambos de cabeza, tras dos tiros de esquina de Licht, otro de los puntos altos del Lobo.
San Lorenzo fue un equipo tibio, que sólo una vez hizo revolcar a Martín Arias: a los 14 minutos cuando Belluschi llegó con la pelota hasta la medialuna y probó con un derechazo que pasó cerca del palo. Nunca más en todo ese período pudieron encontrarse sus mejores jugadores, absorbidos por la marca y la presión del equipo de Gustavo Alfaro, que entendió cómo debía jugar el partido.
Si bien el resultado era positivo en ese primer tiempo, Gimnasia se fue al descanso con un sabor agridulce: mereció marcar al menos un gol más para empezar a controlar y manejar el partido con mayor tranquilidad. Sí, los de anoche fueron los mejores 45 minutos del Ciclo Alfaro.
SOBRARON LAS EMOCIONES
En el segundo tiempo Diego Aguirre movió el banco. Sacó a Tino Acosta y Gabriel Rojas, de los peores jugadores. Adentro el pibe Díaz y Gonzalo Bergessio. Rompió el mediocampo y apostó por la ofensiva. Pero aun así el partido siguió siendo favorable para Gimnasia, que por las bandas atacó y lastimó. Y por las banda derecha llegó Vegetti, que tiró un centro para que otra vez por el segundo palo apareciese un jugador de Gimnasia para empujar al gol. Esta vez fue Ramiro Carrera. Iban 7 minutos y parecía que la victoria estaba sellada.
Pero de repente todo cambió. Sin previo aviso ni merecimientos, San Lorenzo robó la pelota, hizo pie en el medio y con el rápido descuento por intermedio de Sebastián Blanco a los 9 minutos fue un verdadero ciclón.
Desde los 10 minutos hasta el final del partido San Lorenzo se lo llevó por delante. Facundo Oreja empezó a sufrir jugar en el lateral opuesto y así como lo aprovechó Gimnasia en el primer tiempo, ahora fueron los azulgranas, que por ese sector lastimaron.
A los 15 minutos, luego de un centro de Belluschi empató el chileno Paulo Díaz de cabeza, que entre Maxi Coronel y el uruguayo Gorga saltó más alto y gritó el gol, inesperado minutos antes.
No se conformó San Lorenzo y siguió yendo para adelante, aprovechando el envión y el evidente desconcierto de Gimnasia, que de dominar a su antojo pasó a sentirse arrollado. Sin aire ni fútbol, resistió como pudo. Lo pudo perder si no le pifiaba Martín Cauteruccio dentro del área chica y si Néstor Pitana no anulaba dos goles por offside.
Para colmo, a falta de 20 minutos Maxi Coronel se fue expulsado por una segunda infracción, más por impotencia que otra cosa. Fue la otra cuota de sufrimiento que le tuvo que agregar el Lobo a un partido increíble.
Rearmó la defensa Alfaro con el ingreso de Matías Noble y el retroceso de Licht. Resignó toda posibilidad de atacar para abrazarse a un resultado que con el correr de los minutos fue convirtiéndose en una buena noticia.
En los últimos minutos pudo haberlo ganado el Ciclón, pero el destino le hizo un guiño al Lobo, que llevó la serie a los penales, para hacer figura otra vez a Martín Arias y devolver el alma al cuerpo a todos los hinchas, que en una noche para el infarto celebraron el histórico pase a semifinales de la Copa Argentina.
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