A 5 años, no cierran las heridas por la masacre en La Loma

Se cumplen hoy cinco años de una de las peores masacres ocurridas en la Ciudad, que tuvo como escenario el departamento de un PH de 28 entre 41 y 42 y como víctimas a Susana De Barttole (63); su hija Bárbara Santos (29); la hija de esta joven, Micaela Galle (11); y a Marisol Pereyra (35), amiga de la primera.

Cinco años que cambiaron para siempre la vida de muchas personas, pero sobre todo las de Daniel Galle (35() y Miguel Angel Pereyra (66), padres de Micaela y Marisol, respectivamente.

Por este caso, que todavía estremece a los platenses, llegaron a juicio Javier “La Hiena” Quiroga y el novio de Bárbara, Osvaldo Martínez. Al primero lo condenaron a perpetua y el segundo se fue absuelto (ver cuadro aparte).

Cinco años después, Galle y Pereyra hablan de sus presentes, atravesados por ese dolor que no alivia el paso del tiempo.

“la extraño todo el tiempo”

“Es difícil vivir sin mi hija”, arranca Daniel Galle, “me sigue doliendo todo cada día más. Extraño a Micaela todo el tiempo”.

Contó que “Miguel Pereyra me propuso hacer algún recordatorio juntos para esta fecha, pero desistí de la idea porque en esta fecha especial sólo tengo fuerzas para ir al cementerio (privado), donde está Micaela, su madre Bárbara y su abuela Susana, para llevarles flores, rezarles y hablarles un rato”.

Galle sostuvo que acostumbra a repetir esa rutina “casi todas las semanas”. Marisol Pereyra está en el cementerio municipal de La Plata.

Daniel trabaja actualmente en Salud Penitenciaria, en 3 y 525, pero tiene un proyecto ambicioso para los próximos meses. “El año que viene voy a estudiar Derecho para ayudar a Mica y a la gente que sufre casos de violencia. Ya me anoté en la facultad y el año que viene empiezo a cursar la carrera”, comentó.

La tragedia devastó a toda la familia.

“Mis padres vendieron hace dos años la casa con la ferretería que tenía en el frente”, porque “la habitación de Micaela daba con el fondo del local y eso les causaba muchísima tristeza”, detalló. Los recuerdos viven y lastiman.

Galle va a visitar todos los días a sus padres, y hasta proyectan un emprendimiento familiar del que prefirió no brindar detalles.

“FUE UNA BOMBA EN MI VIDA”

Miguel Angel Pereyra confesó que el caso “fue una bomba que cayó en mi vida” y en la de todos los que estaban cerca.

“La madre de Marisol murió de tristeza, perdí un matrimonio, también el trabajo y un auto, porque estuve casi cinco meses abocado exclusivamente a este caso, junto a Daniel Galle, buscando abogados y peleando con la Justicia”, reveló.

“Ahora hago corretajes y algunas changas, porque no se puede vivir sólo con la jubilación”, consignó. Y se sinceró: “Pero el dolor por Marisol es muy grande. Recuerdo su sonrisa y visito a mi nieta”.

Las cuatro mujeres fueron masacradas a golpes y puñaladas el 26 de noviembre de 2011.

Martínez era novio de Santos y solía visitar el departamento en el que ella vivía con su hija y su madre, Micaela y Susana, respectivamente.

“La Hiena” realizaba refacciones en la casa. Sólo éste llegó detenido al juicio, porque se encontraron 18 huellas de su ADN en la escena del crimen, mientras que Martínez esperó la decisión de la Justicia en libertad por falta de mérito.