Unas 300 especies arman el mosaico de aves en la Región

El Gran La Plata es un imán para pájaros: su escala, su ubicación, su trama urbana, favorecen la llegada y la radicación de nuevas aves casi sin respiro. Se trata de una llamativa explosión de diversidad, y acaba de ser confirmada por un nuevo relevamiento que sitúa cerca de los tres centenares la cantidad de especies que alimentan un imponente mosaico ornitológico en los cielos locales.

El año pasado, un informe realizado por el Club de Observadores de Aves (COA) calculó en torno al centenar las variedades de pájaros que surcan los aires de la Ciudad. Ese trabajo fue tomado, entre otros, como referencia por el platense Cayetano Bernardo Paletta, quien lleva más de cuatro décadas siguiendo la evolución de la fauna aérea regional; después de minuciosas recorridas, sostiene que en La Plata pueden hallarse 188 especies diferentes, y que al ampliar el foco a los partidos de Berisso y Ensenada la cifra roza las 300.

“Mi experiencia y los datos de campo me dicen que la cantidad siempre aumenta, y lo seguirá haciendo; la ciudad es un refugio” explica Paletta: “a veces se cree que el crecimiento urbano expulsa, pero en el caso de las aves, suelen adaptarse bastante; para dar un ejemplo, en el distrito federal de México, una de las metrópolis más contaminadas del mundo, conviven centenares de especies”.

“La Plata tiene varias características favorables” señala el naturalista: “su diseño urbano con plazas y forestación, su cercanía con la ribera, la presencia del Parque Pereyra... Por caso, cuando se liberan especies decomisadas allí, no es nada inusual que al tiempo empiecen a aparecer entre nosotros: el crespín es del monte chaqueño y ya se lo avista acá. El cardenal amarillo había desaparecido, y reapareció. También somos escala de muchas migratorias”.

DETALLES

Detallada e ilustrada, en la nómina que Paletta volcó en su sitio web hay, entre otras, cinco especies de águilas y aguiluchos; dos de benteveo; tres de boyero; cuatro de burrito; cuatro de cachirla; seis de carpintero; siete de chorlos y chorlitos; dos de estorninos; tres de gallaretas; seis de garzas y garcitas; diez de gaviotas y gaviotines; once de golondrinas; cuatro de lechuzas; cuatro de tordos; tres de zorzales; cuatro de macá; cinco de monjita; doce de patos; y ocho de playeros y playeritos, amén de cotorras, milanos, flamencos, gavilanes, cigüeñas, cisnes y ñandúes.

“En La Plata no se da de manera significativa el fenómeno de especies que desplazan a otras” aclara: “si bien en cierto punto compiten por comida, la disponibilidad de alimento es abundante. Así, cuando el ave predominante termina de comer, a las otras aún le queda algo; suele ocurrir en los escenarios donde coinciden tordos renegridos y palomas, cuando éstas últimas se sacian, los primeros toman su lugar”.

“Sería deseable que los chicos cambiaran las hondas por cámaras de fotos” se esperanza Paletta, contador jubilado, que considera al zorzal “el pájaro característico de La Plata, por cantidad y presencia; es espectacular la manera en que le ponen sonido y música a los amaneceres”.

LOS PARQUES, PUNTOS CLAVE

Hasta hace algunas décadas en el cielo del casco histórico platense era fácil apreciar gorriones y palomas, pero no demasiadas especies más; en las últimas décadas, la avifauna urbana experimentó una notable renovación.

De acuerdo con el relevamiento realizado por el COA (club formado en 2007 por aficionados locales del avistamiento de aves), espacios de amplia diversidad como el Paseo del Bosque o el Parque Saavedra pueden llegar a albergar hasta 80 especies, un número elevado para enclaves eminentemente urbanos,A aseguran los especialistas..

Desde el Museo Ornitológico de Berisso, su director Julio Milat señala que en las zonas ribereñas de la región la avifauna se despliega en varios centenares de especies: “en el país hay un poco más de mil especies de aves, de las que cerca de un tercio las tenemos en la Región, sobre todo merced a la existencia de ambientes selváticos, montes, bañados y humedales”.

Milat coincide con los demás observadores en que se ha verificado un fenómeno de ingreso de muchas especies a ambientes cercanos a La Plata, Berisso y Ensenada: “llegaron de ambientes no urbanizados, quizás como una estrategia frente a la expansión de los espacios urbanos. La ciudad va ganando terreno sobre lo que antes eran campos y las aves, en lugar de correrse, han decidido incorporarse a la ciudad”.