Ushuaia: Una víctima de trata consiguió la condena de sus captores
| 30 de Noviembre de 2016 | 22:23

El primer juicio del país donde una víctima de trata de personas, Alika Kinán, era querellante contra sus captores, finalizó hoy en la ciudad de Ushuaia, con la aplicación de condenas de entre 3 y 7 años de prisión a los tres acusados de integrar una red dedicada a la explotación sexual de mujeres que funcionaba a través del local nocturno Sheik, ubicado en pleno centro de la capital fueguina.
El caso que los especialistas califican de “histórico” también incluyó un resarcimiento económico de 780.000 pesos que la Justicia impuso a favor de la denunciante y que deberán pagar en forma solidaria los condenados y el Municipio local, al que se enjuició civilmente por haber facilitado a través de ordenanzas y falta de controles las condiciones para la trata en la ciudad.
El Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Tierra del Fuego leyó el veredicto esta tarde, en una sala repleta de integrantes de organizaciones feministas y sindicatos que acudieron en apoyo de Alika.
El fallo dictado en mayoría por los jueces Ana María D´Allesio, Luis Giménez y Enrique Guanziroli impuso una condena de 7 años de prisión y 70.000 pesos de multa para Pedro Montoya, el propietario del local Sheik donde el 9 de octubre de 2012 se llevó a cabo el operativo de rescate de siete víctimas de trata, incluida Kinán.
Montoya fue considerado “autor penalmente responsable” del delito de “trata de personas agravado por la pluralidad de víctimas”, y a pesar de que la condena es de cumplimiento efectivo, no será detenido mientras la sentencia no esté firme, indicaron fuentes judiciales.
El tribunal fueguino también condenó como “partícipes secundarios” del mismo ilícito a Claudia García, pareja de Montoya y a la ciudadana peruana Lucy Alberca Campos, que oficiaba como encargada del prostíbulo, y les impuso una pena de tres años de prisión en suspenso, más 30.000 pesos de multa en el caso de García. Ambas condenadas tendrán que cumplir reglas de conducta, como fijar residencia, someterse al cuidado de una institución penitenciaria y abstenerse de abusar de bebidas alcohólicas y de consumir estupefacientes.
Alika Kinán se abrazó con varios miembros del público que acudieron en su apoyo, y se emocionó al dialogar con la prensa. La mujer envió un mensaje de esperanza a quienes aún permanecen en condiciones de esclavitud y de explotación sexual: “Todas pueden. Incluso las que hoy no se reconocen como víctimas, y las que me estigmatizaron. Si yo pude, todas pueden”, aseveró.
Kinán puntualizó que pese al fallo condenatorio, “no está de acuerdo” con los montos de las condenas y que “Esperaba penas más duras. Siete años es poco para quienes han arruinado la vida de muchas mujeres de todo el país. Además, yo esperaba que fueran presos de inmediato. Y la condena civil también tendría que haber sido superior”.
Alika también consideró que en el juicio existió “mucha hipocresía” porque “todos sabían lo que pasaba y dijeron no conocerlo”.
“Autoridades, vecinos, todos conocían donde estábamos y que apenas salíamos al supermercado o a caminar un rato para que se nos pasara la resaca. El municipio creó un terreno fértil para estas actividades, como también lo creó la provincia. Y no me refiero a las gestiones actuales, ni a las anteriores. No se trata de apuntar contra alguien. Aquí hace falta un replanteo social sobre qué hizo cada uno para que esto pudiera suceder”, reflexionó la mujer.
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