“La gente dejó de ir al teatro porque todo el mundo hace cualquier cosa”

En los últimos dos años, Ivo Cutzarida ha protagonizado tres obras de teatro, llevado las producciones de vacaciones, atravesado un período de fuerte exposición mediática a partir de sus opiniones sobre la legítima defensa y hasta lanzado una carrera política, todo en medio de una crisis de pareja. Y aunque el actor que inició su carrera en la televisión afirma que “tengo ganas de estar tranquilo”, también dice que seguir trabajando dignifica y es el único camino.

Quizás en esa búsqueda de profundizar sus intereses artísticos y matizar todo aquello que drenara su energía es que el actor se lanza a la producción con “El Sótano”, obra que estrenó hace dos años y que trae esta noche, por primera vez, a la Ciudad: la obra de Fernando Pereyra, con dirección de Eduardo Lamoglia y la actuación de Cutzarida, Damián Albariño y Alvaro Ruiz se presentará desde las 21.30 en el Teatro Estudio (3 entre 39 y 40).

“El Sótano” es el relato del primer día de un joven en su primer trabajo, donde queda en evidencia que tendrá que pagar el famoso “derecho de piso”: una historia que roza de cerca varias de las problemáticas que Cutzarida debatió apasionadamente en los programas de televisión durante meses. “Elegí la obra por eso”, reflexiona el actor, y agrega que “es una comedia que inspira a los jóvenes a seguir sus sueños especialmente en estos momentos tan difíciles para ellos, y nos hace un replanteo a todos los que en algún momento tiramos la toalla y nos conformamos con lo que nos toca”.

“La obra entretiene”, dice, “y además te deja algo: la gente dejó de ir al teatro porque todo el mundo salió a hacer cualquier cosa. Por eso está todo el mundo a las put... con Al Pacino”.

La actualidad del teatro, revela, es uno de los motivos por los cuales se lanzó a producir: Cutzarida, desliza que las artes se rigen hoy por el mercado y que nadie utiliza el arte de manera honesta, para expresar ideas personales. El, en cambio, está convencido de que el arte debe ser vehículo para la expresión, y por eso “hay mucho de esta locura”, dice tras pasar buena parte del diálogo con este medio debatiendo cuestiones de política, “en mi personaje: yo coloreo todo personaje con mi visión de la vida”.

Al respecto, Cutzarida afirma que los medios han “tergiversado algunos conceptos”, y que su visión fue solamente plantear que “dos más dos son cuatro, no es vergüenza ser pobre sino robar, si tengo que defender a mi hijo lo voy a defender: cosas básicas”.

Incluso, insiste en que en pleno debate en “Intratables”, una encuesta tuitera arrojó que sus ideas tenían “97% de apoyo: entonces, un piantado les hizo mierda el relato de la inseguridad”, afirma, atacando la famosa “sensación de inseguridad” que deslizaban funcionarios de la anterior gestión. “¿Cómo puede ser que un presidente no atienda el dolor de muelas de la sociedad? ¿Que un paciente vaya al dentista con dolor de muelas y le diga que es una sensación? Vos sos el gobernante, atendeme el problema que tengo”.

Cutzarida atacó también a la Justicia: “A la Justicia le sacaron la venda, ve todo, los fallos de Zaffaroni son tratados sociológicos. Y el Juez no tiene que ver nada: yo le doy el Código y que lo aplique. Caiga quien caiga”, dispara sin piedad, porque, opina, “la Justicia es lo único que hace que el ser humano no se transforme en lo que es, seres que si les das poder no tienen límites”.

El intérprete profundiza: “No matarás, es corta la bocha”, lanza su frase de cabecera, y dice que “si lo hacés, cagaste. Pero nadie se banca que le digan eso”.

“No me importa la razón por la que mataste”, agrega. “Pero el ser humano encuentra constantemente razones que están por encima de la vida. Pero nada está por encima de la vida. A mi me quieren definir políticamente pero no pueden, porque yo soy un humanista: no le compro el pescado podrido a nadie, porque primero está el ser humano, y no tu idea, tu Dios o tu patria”.

En la misma tónica, Cutzarida cierra su diálogo con EL DIA arremetiendo contra las ideologías: “La política lo único que tiene que hacer es hacer llegar los recursos donde no llega el Estado, nivelas la sociedad: nada más. El resto es ideología barata”, firma, y tira que “estamos perdiendo el sentido común porque estamos atrás de slogans”.

¿Su aporte? Alejado de la política, Cutzarida intenta “hacer lo que puedo a través de mi arte: los actores somos transformadores de la sociedad”, lanza, y vuelve a decir que ese es el motivo por el que decidió producir y por el que “trabajo más que nunca: está durísima la cosa, pongo las entradas baratísimas, me voy a hacer temporada en el verano, trabajo diez horas por día. Reparto los volantes, en patas, caminando por la playa, hacemos descuentos, pero tengo el teatro lleno. Se terminó eso de querer ganar plata trabajando una hora y media”.