Crecen reclamos por el “parador” de 44 y choferes de la Este retoman la protesta

El conflicto de la Línea Este no tiene respiro. Aunque está funcionando más del 80 por ciento de los servicios, hay quejas de usuarios que aseguran que en Villa Alba los recorridos cambian según el “humor de los choferes” y en el improvisado parador de 44 entre 1 a 116 los reclamos crecen con el correr de las horas por los ruidos molestos y otros trastornos que padecen los frentistas y los padres del colegio San Vicente de Paul. Por su parte, el grupo de conductores que inició la protesta con la ocupación de la terminal de ruta 11 y kilómetro 8, a mediados del mes pasado, realizó ayer un nuevo reclamo callejero frente a la Municipalidad, iniciaron un “fondo de huelga”, reclamaron la incorporación de 30 empleados despedidos, aunque en la empresa aseguran que sólo hubo cuatro cesantías y denunciaron que hubo un ataque a balazos a la casa de uno de los choferes que lleva a cabo el reclamo.

En tanto, la Municipalidad formalizó la denuncia por los serios incidentes que ocurrieron el martes a la noche, cuando fueron atacados decenas de micros en el centro de la Ciudad y la Región se quedó sin transporte hasta la mañana del miércoles.

Una de las pasajeras de la Línea Este se comunicó con este diario para reclamar porque los choferes que están trabajando están dejando a los usuarios “varados en ruta 122 y 604, de Villa Alba y cambian el recorrido y las paradas como se le antoja. No sabemos si la empresa está al tanto de estas decisiones, pero nos perjudica a quienes tenemos que viajar en micro. Nosotros también salimos a trabajar y nos toman de rehenes”.

PARADOR DE RECLAMOS

El parador de las líneas Este y 520 en 44 entre 1 y 116 genera reclamos en el barrio Hipódromo. Temerosos, los vecinos ven cómo quedó invadido el barrio en cuestión de horas por decenas de unidades que generan numerosos trastornos que también afectan a la comunidad educativa del colegio San Vicente de Paul.

Desde el fin de semana pasado comenzaron a aparecer decenas de unidades en la avenida 44 de 1 a 116. Al paso habitual de los internos de la Línea Oeste que tiene ramales que incursionan por el barrio, se sumaron los micros de la Este, con choferes, mecánicos, administrativos, baños químicos y un micro que hace las veces de oficina de descanso de los conductores.

Desde el lunes pasado, gran parte de la comunidad educativa del colegio San Vicente de Paul -de 115 y 43- se encuentra con menos espacios para estacionar y dejar a los chicos en la escuela.

La calle 43 se tomó como trayecto de los micros -antes eso no ocurría-, y la 116 es un embudo por los micros en doble fila de la empresa Este. Incluso, la improvisación de la medida que se adoptó lo están pagando los vecinos de la zona que no tienen espacios para estacionar en las inmediaciones de su vivienda, y algunos aseguran que tienen que tomar pastillas para dormir por los ruidos molestos.

En tanto, el grupo de choferes que protesta desde el 17 de octubre pasado, hizo ayer un reclamo callejero frente a la Municipalidad, pidieron que haya reincorporaciones y mejoras en las condiciones laborales para quienes están trabajando. También pidieron ayuda económica a la gente para el “fondo de huelga” que crearon para auxiliar a quienes quedaron sin ingresos económicos.