El hospital Español, movilizado por una ola de robos a la salida
| 5 de Noviembre de 2016 | 02:29

Fue el asalto al esposo de una compañera el que empujó a los empleados del Hospital Español a visibilizar el problema de inseguridad que los golpea en las inmediaciones de su lugar de trabajo, sobre todo cuando salen de noche.
Primero acudieron al ministerio de Seguridad bonaerense, las fiscalías, la comisaría Segunda y la Jefatura Departamental, con 500 firmas y copias de las denuncias de los últimos cinco asaltos callejeros, para pedir presencia policial en los alrededores del Hospital o cualquier otra medida que alivie la situación. Y ayer salieron a la calle, para ponerle el cuerpo y la voz a su reclamo.
Entre las 13 y las 14, los empleados del Español expusieron las pancartas exigiendo “basta de inseguridad”. Por un buen rato lo hicieron en la vereda, pero luego invadieron parte de la cinta asfáltica, ya que se les sumaron algunos vecinos y hasta el encargado del puesto de diarios de la cuadra acomodó su reposera entre los manifestantes. Según aclararon, no quisieron cortar el tránsito y la atención a los pacientes no se resintió en lo más mínimo.
“Desde el centro vecinal de barrio Norte nos dijeron que también van a juntar firmas para acompañar el pedido”, dijo a este diario Roxana Fernández, delegada del Hospital.
“CORRO HASTA MI CASA”
Roxana conoce muy bien el tema: trabaja en el área de seguridad del Español y vive a unos 50 metros de allí, tramo que elige hacer corriendo cada vez que le toca el turno noche.
“A esa hora es imposible salir”, reconoce, por la presencia amenazante de ladrones que desde el último mes tienen en jaque al barrio.
Cuentan que son por lo menos tres, “uno anda caminando y dos en moto”, pero por estos días contarían también con el apoyo de “una nenita que usan de campana para que les marque a quienes salen”, dijo Fernández. Con la víctima apuntada, entran en acción los ladrones, quienes portan armas y no dudan en castigar a culatazos a cualquiera que atine a resistirse.
El problema, explica la delegada, no sólo afecta a los trabajadores del hospital, sino también a los médicos, pacientes y familiares.
“El otro día le tiraron una puñalada a una médica”, recordó Fernández, aclarando que a esta mujer la salvó de salir herida su reflejo rápido de cubrirse con la cartera. Por algo parecido atravesó “una dietista” que sufrió dos robos en una semana, en uno de los cuales le “gatillaron en la cabeza” y un par de médicos fueron encañonados para forzarlos a entregar sus pertenencias. Según los empleados del hospital, las cuadras más peligrosas son las de la calle 35 comprendidas entre la 9 y la 13, y la calle 36, de 11 a 13, aunque ambas arterias también han sido escenario de asaltos entre las esquinas de 8 y 9.
Los delincuentes no se limitan a reducir a peatones o automovilistas a punta de pistola. Otra modalidad recurrente en la zona tiene como blanco a los vehículos estacionados, que aparecen con los vidrios rotos o sin ruedas. Los vecinos padecen el problema igual que los empleados del hospital, por eso apoyaron la protesta de ayer con su presencia, bocinazos o aplausos.
No hubo autoridades policiales. “Un patrullero apareció dos menos cuarto y se paró en una esquina”, comentó Fernández; “pero nosotros no lo necesitábamos para cortar el tránsito. Los necesitamos siempre, para que nos cuiden, y cuando llamamos no aparecen”.
Esa presencia dio por terminada la protesta, que los empleados prometen repetir si no se resuelve el problema, porque “no queremos que maten a alguien por un celular”, concluyeron.
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