El Pincha firmó para que haya Superliga y el Lobo no la avaló

Los cinco “grandes” y otros veintidós clubes de Primera sellaron el acta de fundación del nuevo torneo del fútbol argentino

Los cinco “grandes” y otros 22 clubes de la Primera División firmaron ayer el acta de fundación de la Superliga Profesional del Fútbol Argentino, aunque la creación efectiva de la nueva estructura depende de un acuerdo con la B Nacional que, a juzgar por las sustanciales diferencias económicas y organizativas, hoy parece entre lejano e imposible.

Las posiciones de unos y otros quedaron de manifiesto en las declaraciones. “Hoy es un día histórico para el fútbol argentino”, resumió el presidente de Racing, Víctor Blanco; el vice de Nueva Chicago y vocero de los clubes del Nacional, Daniel Ferreiro, respondió con contundencia: “Los clubes ‘grandes’ la llaman Superliga. Nosotros la llamamos la Superquiebra”.

La firma de las entidades de la B Nacional es indispensable para la conformación del nuevo torneo, según quedó establecido en la Asamblea de Representantes del pasado 23 de junio. Allí se resolvió en el artículo 19 bis la necesidad de “una decisión unánime de los 30 equipos de Primera y de los 23 del Nacional” para reformular la organización del fútbol argentino.

Así las cosas, lo de ayer pareció más un “acting”, un ejercicio de presión o negociación, que un paso cierto hacia lo que se supone será la solución a los problemas del fútbol nacional.

El acta de fundación de la Superliga contó en la AFA con la presencia del escribano Marcelo Nardelli y se cerró con la firma de 27 clubes de Primera: sólo faltaron las de Rosario Central (pretende un mejor posicionamiento en el reparto del dinero de la TV), Temperley (en conflicto institucional tras la renuncia de su presidente Hernán Lewin) y Gimnasia (debe elegir nuevas autoridades en pocos días).

La nueva Sociedad Civil, según se proyecta, tendrá oficinas propias y una comisión en la que, en forma provisoria, ya fueron designados en los cargos más importantes los directivos Marcelo De Luca (Estudiantes, presidente), Gonzalo Mayo (River, tesorero) y Mariano Clariá (Boca, secretario).

“Este es un paso muy importante para todos, no sólo para los clubes grandes”, dijo el titular de Estudiantes, Juan Sebastián Verón; “la Superliga nació y es inexorable, y esperamos el acuerdo de la B Nacional porque acá nadie se quiere comer a nadie”, se sumó su par de River, Rodolfo D’Onofrio; y más lejos fue, con lo ya citado, Víctor Blanco: “Es un día histórico para el fútbol argentino. Hay que perder los miedos y a la B Nacional tenemos que darle confianza”.

En la misma dirección habló el presidente de Boca, Daniel Angelici: “Esperemos que en breve podamos dialogar con los dirigentes de la B Nacional porque acá todos nos necesitamos. Esto no es una batalla, hay que encontrar soluciones”.

Los clubes que firmaron ya proyectaron la necesidad de “escuchar” nuevas ofertas para la televisación de los partidos (en diciembre finalizará el programa Fútbol para Todos), y también terminar de definir el tema de los descensos y los ascensos para las próximas temporadas.

Pero el acuerdo con la B Nacional parece casi imposible: “Ellos la llaman la Superliga, nosotros le decimos la Superquiebra -dijo Ferreiro, el vice de Chicago-. Nunca vamos a firmar en contra de nuestros clubes. Algunos se tienen que dar cuenta de que el virreinato finalizó en 1810 y que ya no hay voto calificado. Acá no tenemos voz ni voto y la Superliga no está en la agenda del Nacional”.

“A todos los medios de comunicación les informamos que la B Nacional no va a firmar la Superliga. No vamos a instaurar la desigualdad en nuestro fútbol ni vamos a ser funcionales a un negocio para pocos”, amplió.

¿Qué pretenden los clubes de la B Nacional? El 20 por ciento de los derechos de la TV (en la idea original se les asigna el 12 contra el 78 de Primera, el 8 a las otras categorías de ascenso y el fútbol del Interior y el 2 a la AFA) y 12 representantes en la Comisión Directiva de la Súperliga.

Con este panorama, el lunes volverán a llegar los enviados de la FIFA y la Conmebol, el suizo Primo Corvaro y la paraguaya Monserrat Giménez respectivamente, para reunirse con la Comisión Normalizadora de la AFA que encabeza Armando Pérez y avanzar en la reforma del estatuto.

Además del conflicto por la Superliga (la FIFA, a contramano de la intención de la dirigencia de Primera, exigirá que se organice por dentro de las estructuras de la AFA), se encontrarán también con una nota de las categorías del ascenso y del Interior, que el jueves en una cena en el club Barracas Central consensuaron una serie de exigencias: llamado a elecciones, participación en la reforma del estatuto, mejor reparto del dinero de la TV y rechazo total a la conversión de las instituciones en Sociedades Anónimas.

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