Murray, Nº 1: un premio a la perseverancia y la contundencia
| 6 de Noviembre de 2016 | 01:09

Ser “segundo” dejó de ser una condición para el británico Andy Murray, que con la retirada del canadiense Milos Raonic del Masters 1000 de París cortó con su racha de 72 semanas mirando la espalda del serbio Novak Djokovic, el ahora Nº 2 del ranking mundial.
En la década de los sesenta y mediados de los setenta, el ciclista francés Raymond Poulidor, conocido por el apodo de ‘Pou Pou’, vivió una circunstancia similar a la de Murray. Era el eterno segundo de las grandes pruebas, acabando en esta posición tres veces en el Tour de Francia, y cinco en tercer lugar.
La tragedia del ciclista de Mérignat fue que tuvo que competir con dos de los mejores de la historia en esta especialidad, el francés Jacques Anquetil y el belga Eddy Merckx, superiores a él.
Tampoco Murray lo ha tenido fácil, puesto que ha coincidido en tiempo con Djokovic, el suizo Roger Federer y el español Rafael Nadal, pero al final su constancia y su adaptabilidad a todo tipo de superficies le han dado fruto.
Murray es el primer británico que ocupa el número 1 del ranking y, con 29 años, se convierte en el tenista de mayor edad que llega por primera vez a la cima desde que John Newcombe lo hizo a los 30 años en 1974
“Extraordinaria” ha sido el calificativo con el que Djokovic ha definido la temporada de Murray, tras caer ante el croata Marin Cilic, resultado que, combinado con el abandono de Raonic, acabará mañana con la última racha de 122 semanas seguidas (223 en total desde el siete de julio de 2014) en las que el serbio Djokovic lideró el escalafón.
Siete títulos: Roma, Queen’s, Wimbledon, medalla de oro en los JJ.OO. de Río de Janeiro, Pekín, Shanghai y Viena, forman el palmarés de Murray en lo que va de temporada, en la que alternó en su banco a Jamie Delgado e Ivan Lendl, sustitutos de Amelie Mauresmo. Lendl ha resultado clave para Murray, no sólo por su conocimiento del deporte sino porque ha logrado potenciar al británico en los momentos claves de los grandes torneos, para que empiece a ganar cosas que antes, en muchos casos, se le escapaban. Desde el entorno de Murray reconocen a Lendl como una pieza clave en la madurez del jugador, tanto como el hecho de que haya sido padre, terminando de consolidar una relación de años con su pareja Kim Sears.
Así, en medio de la enorme rivalidad con tres de los mejores tenistas de la historia, Federer, Nadal y Djokovic, Murray fue dando pequeños pasos y alcanzando muchas metas muy anheladas por los británicos: volver a ganar Wimbledon, lograr nuevamente el oro olímpico y levantar la Copa Davis.
Nole arrancó este año con una victoria en Doha y de nuevo en Melbourne, y títulos en los Masters 1000 de Indian Wells, Miami y Madrid, para lograr luego uno de sus más ansiados objetivos, Roland Garros, el único grande que faltaba en su palmarés.
Pero llegó Wimbledon y en la tercera ronda se cruzó con el cañonero estadounidense Sam Querrey y su derrota le dejó tocado, no solo físicamente, sino también mentalmente, porque perdió su envidiada regularidad.
Su maltrecho codo derecho, algo que ocultaba al principio, era ya tema conocido en los vestuarios. Decidió no acudir a Pekín y cayó después ante el español Roberto Bautista Agut en las semifinales de Shanghai, y viajó a París sabiendo que podía ceder el trono.
Mientras, la prensa sensacionalista serbia dejaba caer que no solo su físico estaba resentido, sino que Nole tenía problemas personales, e incluso que la continuidad del alemán Boris Becker en su equipo, peligraba.
En cambio, Murray ha sido más constante, y a sus 29 años y medio, después de acostumbrarse a la presión de la prensa británica y a lidiar con la derrota en las grandes citas, alcanzó uno de los objetivos que todo tenista quiere recordar en su vejez. En su caso, será el primer británico en lograrlo y el jugador número 26 en la historia en ocupar el trono de la ATP.
No obstante, la distancia entre los dos será pequeña. Si Murray pierde en la final hoy (no antes de las 10, hora de nuestro país, con televisación de ESPN, frente al estadounidense John Isner), aparecerá mañana con solo cinco puntos de margen sobre Djokovic. Si gana el título comenzará su reinado con 405 de diferencia.
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