Qué hacen las empresas con los datos de los usuarios

La protección de datos es importante: eso dicen los expertos, las empresas y los políticos. Pero ¿por qué? ¿Y por qué reúnen las compañías en la red tantos datos? ¿Qué hacen con ellos y por qué puede ser peligroso?

"Muchos servicios digitales funcionan solamente mediante el uso de esta información", explica Susanne Dehmel, experta en protección de datos de la asociación tecnológica alemana Bitkom. Los datos son el combustible del Internet actual: para comprar algo online hay que escribir la dirección, el nombre, dar el número de la tarjeta de crédito.

En esos casos se trata de datos que el usuario entrega de forma voluntaria y activa. Pero paralelamente hay una segunda categoría de informaciones personales que se generan de manera automática a través de la interacción con un servicio.

Por ejemplo, los contenidos de emails y mensajes, búsquedas en tiendas online o el lugar donde uno se encuentra en una aplicación de mapas. La mayoría de las empresas analizan también estos datos, en principio para mejorar su propio servicio.

"Si uno busca de forma regular accesorios para golf, al final aparecerá una oferta de este tipo de productos de forma automática", señala Christoph Meinel, director del Instituto Hasso Plattner en Potsdam.

Es decir que el análisis de la información redunda en beneficio del consumidor. "En principio, los datos no se recopilan para molestar a nadie, sino para adelantarse a los deseos", afirma Meinel. "Porque es un buen negocio".

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Sin embargo, el negocio no acaba aquí. Muchas firmas comercian con los datos reunidos y el perfil armado de la persona. "Y así, en determinado momento llegan las ofertas también desde otras empresas", añade Meinel. Esto puede ser positivo pero asimismo tener consecuencias negativas.

"Todo lo que usted compra va revelando más cosas sobre su persona, por ejemplo qué nivel económico tiene", indica Meinel. "Si alguien compra siempre productos caros, puede que en algún momento deje de recibir las ofertas".

Las empresas utilizan estos datos otras veces para sí mismas, para ofrecer publicidad personalizada. Muchos servicios saben mucho sobre sus usuarios, desde la edad y el sexo a los gustos. Y así pueden garantizar a sus clientes comerciales que la publicidad llegará a los grupos adecuados y solamente a ellos.  

Esta publicidad personalizada es el concepto central de negocio de servicios online como Google o redes sociales como Facebook y Twitter. "Muchas veces es la única forma que tiene la empresa de recaudar dinero", dice Susanne Dehmel.

El usuario sale ganando porque no tiene que pagar por los servicios de Google y compañía. "Es una transacción entre usuario y empresa", afirma Dehmel. "Algunos servicios se consiguen solamente bajo determinadas condiciones".

Así, entre las informaciones reunidas, vendidas y las usadas para la publicidad, sobre cada internauta circulan muchos datos en la red. Y no es posible saber con exactitud quién sabe qué, algo que molesta y preocupa a muchos usuarios.

Cada dato aislado en los distintos servicios online puede ser inofensivo. Pero la cosa cambia cuando en base a una serie de imágenes parciales se arma un cuadro completo. "Cuando un servicio reúne informaciones de distintos perfiles, sabe probablemente más de usted", dice Christoph Meinel.

"Y entre esas cosas puede haber algunas que no es bueno que sepa todo el mundo, por ejemplo a dónde va usted al salir del trabajo o si compra mucho vino", explica.

El verdadero peligro es que esas informaciones lleguen a las manos equivocadas, por ejemplo cuando son robadas de un servicio por un ataque de hackers. La persona puede ser extorsionada, o se puede suplantar su identidad para gastar dinero a su costa.

Por eso, los usuarios lamentablemente tienen que confiar en que las empresas traten de forma adecuada sus datos y que los protejan. "El consumidor debe ser responsable e informarse sobre cómo es el prestador de servicios en cuyas manos se está poniendo".