Rebelión en las federaciones

Los últimos que se plantaron fueron los jugadores de la selección boliviana. “Por su funesta actuación y su falta de compromiso hacia el fútbol boliviano –dice el comunicado textual- declaramos persona no grata al señor Rolando López y exigimos su inmediata renuncia al cargo de presidente de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) por su ineptitud e incapacidad”. Lo firma David Paniagua, secretario general de Futbolistas Agremiados de Bolivia (FABOL). Y lo apoyó públicamente Ronald Raldes, capitán de la selección, presente en la conferencia de prensa celebrada en el hotel de concentración del equipo. Responsabilizan a López por la quita de puntos que impuso la FIFA por la inclusión irregular del paraguayo naturalizado Nelson Cabrera en la selección. “Los futbolistas –dijo Raldes- no queremos que nos distraigan más. Queremos mejorar, pero en vez de avanzar hemos retrocedido”, agregó el capitán. Todos apoyaron además a Cabrera, después de que la FBF lo responsabilizó porque, supuestamente, jamás avisó que había jugado un partido con la selección paraguaya en 2007. La bronca de los jugadores contra el presidente de la FBF era previa al caso Cabrera. Habían estallado discusiones sobre bonos, premios y viajes de la selección en la eliminatoria. Como sea, esta vez, los jugadores se plantaron.

Antes se habían plantado los jugadores de la selección uruguaya, por un conflicto que está lejos de solucionarse y que, peor aún, podría agravarse en plena definición de la eliminatoria. Los futbolistas de la Celeste, liderados por el capitán Diego Godín, intimaron a la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) y a Tenfield (la empresa de Paco Casal, dueña eterna de los negocios en la otra orilla) a no comercializar más sus derechos de imagen sin su “autorización ni consentimiento”. En rigor, Godín y los suyos apuntaron contra su propio sindicato, la Mutual, que fue la que se arrogó la representación de los jugadores de la celeste para negociar con Tenfield, con la que mantiene estrechos e históricos vínculos. La Mutual, a partir de un sector no alineado con Casal, reconoció ahora su error. Resta por ver si la AUF acepta la oferta de Nike que llevaron los jugadores o renueva con Puma, a través de Casal, pero ahora por casi cinco veces más que el valor original. No vale la pena entrar en otros detalles. Lo cierto es que la denuncia de los jugadores desnudó que la celeste valía casi cinco veces más. Y desnudó ante todo la debilidad de la AUF controlada en parte, y desde hace ya largos años, por el propio Casal. Los jugadores, escribió el periodista Diego Muñoz, “se dieron cuenta que Tenfield, que decía haber nacido para proteger a los futbolistas, en realidad se aprovechó de ellos durante casi 20 años”. ¿Qué pasaría en Argentina si Leo Messi liderara una rebelión como la de Godín?

La Comisión Regularizadora de la AFA que lidera Armando Pérez también recibió un ultimátum de los clubes argentinos para que cese su mandato, convoque a elecciones y devuelva el poder de la pelota

En otros países, si no fueron los jugadores, fue la propia FIFA. En Grecia, por ejemplo, el enfrentamiento gobierno vs Federación, llevó a la FIFA a designar un “Comité de Normalización” (¿le suena?) para “terminar con un régimen podrido y de corrupción”, según palabras de Stavros Kontonis, viceprimer ministro de Deportes. El caso griego incluye comprobadas acusaciones de arreglos de partidos y arbitrajes comprados que dieron aún más furia a los hinchas más radicales. La FIFA intervino también en Guatemala y de modo más grave. A diferencia de Honduras, que sí había aceptado ampliar los tiempos del mandato de la Comisión Normalizadora, los clubes de Guatemala (34 de 40 al menos) rechazaron esa posibilidad. Como respuesta, la FIFA resolvió directamente suspender al fútbol de Guatemala hasta que la asamblea general de la Federación de ese país ratifique ampliar el mandato de la Comisión Normalizadora hasta el 31 de julio de 2017. Guatemala queda por ahora afuera de la Copa Centroamericana Uncaf (fue finalista en la última edición) y de torneos Sub20 y Sub17. “Es una lástima y una pérdida de tiempo, han vuelto a colocar a Guatemala bajo tensión”. Lo dijo Primo Corvaro, el hombre que envió la FIFA a Guatemala. Es el mismo Corvaro que ya estuvo en Argentina y que ahora llega otra vez a Buenos Aires.

La Comisión Regularizadora de la AFA que lidera Armando Pérez también recibió un ultimátum de los clubes argentinos para que cese su mandato, convoque a elecciones y devuelva el poder de la pelota. Un problema aquí es que la gestión de Pérez disgustó no sólo a los clubes, sino también al propio gobierno nacional que había impulsado su designación. “Pérez –me dice un dirigente de peso- es un títere del gobierno, pero como tampoco se anima a hacer todo lo que le ordenan desde la Casa Rosada también termina quedando mal con ellos”. El propio Pérez dijo “mi jefe” cuando mencionó a Mauricio Macri, presidente de la nación, no a Gianni Infantino, presidente de la FIFA. Infantino, no obstante, salió a avalarlo en los últimos días. Guatemala jamás jugó un Mundial. Argentina ganó dos, es la selección número uno del ranking de la FIFA y tiene a un tal Leo Messi. La FIFA sabe que suspender a Guatemala tiene un peso. Suspender a Argentina otro. Pero también esta es otra FIFA. Y es otra Conmebol, aunque tenga vicios parecidos a la anterior y amague convertirse otra vez en un Club de Amigos. Eso sí, amigos distintos. Con Julio Grondona, dijo el propio Daniel Angelici, jamás se hubiese producido la sanción contra Bolivia que, por ahora, ubica a la selección argentina en zona de repechaje para el Mundial de Rusia. “Con Grondona –dijo Angelici- esto no pasaba”. Pero Grondona murió. Y, si viviera, tal vez estaría preso.

Los grandes titulares que lanzan desde la Casa Rosada engañan. Sucedió ya con la supuesta “deuda” de 1.300 millones de pesos de los clubes a la AFIP, inexistente, porque la excepción estaba amparada por decreto. Sucede ahora con la “creación” de la Superliga. En rigor, fue votada por 27 clubes de Primera. Faltan, para que la Superliga sea oficial, los clubes de la B Nacional, que reclaman subir del 12 al 20 por ciento su parte de la TV. Si no es así, afirman, en lugar de Superliga para ellos será “Superquiebra”. Con menos para arriesgar, los clubes de la B Nacional dicen también que no le temen a eventuales sanciones de la FIFA. Con Superliga en funcionamiento, habría que ver si a Marcelo Tinelli, a Daniel Vila, o a quien sea, podría seguir interesándole una AFA con su poder claramente más recortado. Otro punto: la FIFA dice que los derechos de TV deben ser negociados por la AFA, no por la Superliga. Pero si la AFA pasara a cotizar en baja, ¿a cuántos dirigentes –de los bien intencionados, que los hay- podrían seguir interesándoles clubes a los que la AFIP trataría igual que a la Coca Cola, como si la función social de unos y otros fueran iguales? ¿Clubes que, así como marchan las cosas, podrían terminar sin otro callejón que reconvertirse en Sociedades Anónimas como quiere Macri, ingresar dineros de Panamá o de dónde sea y aceptar al fútbol competitivo como fin único y exclusivo? La puja tendrá descanso el jueves. Messi y los suyos enfrentarán, nada menos, a Brasil en Belo Horizonte. No sabemos si será un “descanso” o si, según cual sea el resultado, el partido del Mineirao terminará agravando la escena. Porque, la ironía es obvia, también podemos ser Guatepeor.