Masones y masonas: un ideario vigente en la Ciudad

Estiman que en La Plata unas 200 personas participan de forma activa de la institución

La masonería está presente en La Plata desde la época de su fundación. Sin embargo, aunque varias generaciones hayan crecido en una Ciudad plagada de simbología masónica en su trazado, en los edificios públicos y hasta en algunas tumbas del Cementerio, el halo de lo oculto sigue despertando interés y especulaciones sobre ritos de iniciación, personas encapuchadas y actos de esoterismo. A contrapelo de muchos prejuicios, Celina, María Eugenia, Luz y Javier, miembros de la logia Gran Oriente Mixto de Ritos Unidos de Argentina - GOMRUA- dan la cara y aseguran que sus actos no son secretos sino discretos y que hombres y mujeres pueden compartir esa peculiar filosofía de vida. “Nuestro trabajo es de orden filosófico, estudiamos el desarrollo del ser, la expansión de sus capacidades para comprender el mundo”, aclara Celina, gran secretaria de ese nucleamiento al que denominan “obediencia”.

Según estimación de los propios masones, en La Plata hay unas 200 personas que participan de manera activa en diferentes logias. Hay algunas exclusivamente masculinas, otras femeninas, mixtas como GOMRUA, las que son más místicas y las de corte más racionalista; en suma, con distintas formas para recorrer el camino del conocimiento. También realizan algunas actividades que apuntan al bienestar social, pero prefieren hacerlo desde el anonimato.

Celina sostiene que la logia que integra es como una escuela tradicional filosófica que se propone enseñar un contenido a través de símbolos alegóricos y que la piedra basal de esa masonería especulativa se remonta a quienes antiguamente manejaban las artes de la construcción de las catedrales medievales. De ahí que la escuadra y el compás sean dos de los símbolos que mas identifican a los masones.

“Nuestra logia es joven, tiene 5 años, pero respeta ritos ortodoxos como el de York y el escocés antiguo aceptado”, agrega la masona y aclara que los fundadores del grupo llevan 40 años de trabajo en la masonería.

Con relación a la idea de que las mujeres estaban excluidas de la masonería, María Eugenia, otra integrante de GOMRUA, afirma que siempre existió la presencia femenina, desde la época en la que a las viudas o hijas de constructores masones fallecidos se les permitía participar de las reuniones.

Javier es un miembro de esa fraternidad que desde su adolescencia temprana se vio atraído por el tema y por el mito que se tejió entorno a La Plata y asegura que hacia 1800 se apartó a las mujeres de la masonería porque la sociedad era mas paternalista.

“En líneas generales en distintas épocas la masonería fue perseguida, pero hoy se puede decir que somos más aceptados”, agrega el joven.

Los masones de La Plata dejan en claro que la masonería no incursiona en aspectos políticos, religiosos, ni partidistas y da herramientas de pensamiento para que cada quien pueda ser mejor de lo que es. Las estructuras trabajan con el ideario de la igualdad, la libertad y la fraternidad.

“Grandes personalidades de distintos ámbitos fueron masones como Freud, pero no fue la masonería la que marcó sus investigaciones, en todo caso le dio herramientas de pensamiento”, acota Celina.

“NO ES SECRETA, SINO DISCRETA”

Vestidos de negro con algún detalle blanco, los masones se presentan con los colores que responden a su obediencia, ese es solo uno de los símbolos que comparten y desean revelar. Otros como los ritos de iniciación o la forma en la que se reconocen con los miembros de otras logias, se lo guardan para sí.

“Los métodos de iniciación no los damos a conocer para que sorprendan al que se inicia, también tenemos otros patrones comunes como la vestimenta, las formas de relacionarnos y las temáticas; el color que vestimos es el que corresponde a la institución y hoy lo tenemos puesto porque la estamos representando”, sostiene Luz, una joven quilmeña que durante mucho tiempo quiso integrar una logia, atraída por la figura de José de San Martín, un reconocido masón.

Como respondiendo a un juego de palabras dicen que la logia “no es secreta, sino discreta” y que la creciente apertura de muchos grupos está vinculada a que ya no sufren la persecución de otros tiempos y es importante desmistificar. También apuntan que en los primeros años de vida de la Ciudad hasta se publicaban en el diario los días y horarios de encuentro porque la masonería era tomada como una actividad “muy natural”.

No obstante, mucha simbología como la que utilizan los masones de diferentes logias para reconocerse es guardada con recelo, solo se sabe que son gestos y palabras que descifran quienes están en alguno de esos nucleamientos.

“Encontrarse con otro masón aunque nunca lo hayas visto te da la sensación de estar en familia, tenemos formas de reconocernos y cuando eso pasa, se genera un clima que permite el reconocimiento”, asegura Celina quien en un ascensor colmado de personas descubrió un “hermano” y luego de intercambiar una serie de gestos compartieron una breve charla al llegar a la planta baja. También recuerda al austríaco que reconoció como masón en calle Florida - capital federal -, pese a que no hablaban el mismo idioma, tuvieron un breve intercambio en el que se saludaron de manera fraterna.

ESOTERISMO Y RITUALES

Para muchas personas la masonería se asocia a doctrinas y prácticas secretas que se comparten entre los iniciados, una minoría selecta. Querer avanzar en su conocimiento sin ser parte de una logia es una misión imposible. Sin embargo Celina afirma que lo que se debe saber de la masonería es que es un conocimiento filosófico y ortodoxo que utiliza los rituales como una guía.

Hay por ejemplo un ritual de casamiento masónico que se practica dentro de un templo con el presidente del cuerpo. “Adentro de la logia hay personas de todas las religiones, no se hacen diferencias de raza, sexo, ni nivel educativo porque la masonería es inclusiva, todos, ya sean logias de hombres, logias de mujeres o como la nuestra que es mixta, trabajamos en representación de una mega estructura”, apunta Celina.

En la misma línea, María Eugenia estima que ahora hay más apertura hacia lo nuevo “o los temas que son viejos, pero permanecieron tapados”.

Dicen que la logia “no es secreta, sino discreta” y que la creciente apertura de muchos grupos está vinculada a que ya no sufren la persecución de otros tiempos

A diferencia de otras logias que son solo masculinas, los miembros de GOMRUA defienden la integración entre hombres y mujeres porque consideran que el intercambio de conocimiento es mas sano y natural, “siempre se aprende de las diferencias”, aseguran.

Los masones consideran que cuanto más logias haya más gente sacará provecho del conocimiento y además tendrá la posibilidad de mejorar como persona.

En relación a las personas que se pueden sumar a la masonería, los miembros de GOMRUA dicen que no hay una sola forma, algunos ingresan luego de interactuar con alguno de sus miembros por invitación de éstos o simplemente piden ser incorporados.

Se indicó que quienes quieran contactar con el grupo pueden escribir a gransecretariagomrua@hotmail.com.ar.

La masonería platense se remonta al nacimiento de la ciudad y logias como “Luz y Verdad” y “La Plata 80” (en la que participó, entre otros, Pedro Benoit) nacieron en la época de la Fundación.

La institución alcanzó su pico de adeptos en La Plata en los primeros años del siglo XX, cuando sumaban alrededor de 500 reunidos en 17 logias en las que llegaron a enrolarse los principales dirigentes de la Ciudad, como Dardo Rocha o Joaquín V. González.

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