Falló en las dos áreas y recibió un golpe inesperado

SAN JUAN
(ENVIADOS ESPECIALES)

Estudiantes necesita que se termine el año y se detenga el torneo. No está bien en lo futbolístico y en lo anímico. No quedan dudas. Y mucho menos después de ver el partido que ayer perdió 3-2 contra San Martín de San Juan, resultado que le hizo perder por primera vez en el torneo la punta. Un punto de los últimos 9 en juego es demasiado handicap para sostener la ilusión de un equipo que llegó a sacarle cinco puntos a su escolta, pero que en este fin de año anda apagado y con poca fuerza para llegar a la meta.

El equipo de Nelson Vivas pagó muy caro sus errores, primero en el área del Santo y luego en el suyo. En los primeros 15 minutos del partido se perdió dos o tres goles casi cantados, por la mala definición de Juan Cavallaro y por la correcta actuación de Luis Ardente.

Por derecha con Tití Rodríguez y Carlos Auzqui desbordó un puñado de veces. Siempre llegó hasta el fondo de la cancha con la pelota dominada, pero falló en el pase al medio o a la hora de apuntarle al arco, que si bien es grande, ayer para el Pincha estuvo corrido de eje.

Y cuando nadie lo imaginaba llegó el gol de San Martín de San Juan, en su segunda aproximación al área de Mariano Andújar (la primera había sido al inicio del partido cuando Villarruel ganó en velocidad en la punta izquierda). Pelotazo cruzado de izquierda a derecha, desvía Schunke para que por el fondo aparezca Juan Mattia, que burló la floja defensa de Matías Aguirregaray y con un remate cruzado marcó el 1-0, en parte también por la nula resistencia de Marchioni debajo del arco. Sin merecerlo, el Santo se puso al frente en el marcador.

En desventaja Estudiantes siguió buscando, con la presión en el medio y el juego asociado de mitad de cancha hacia adelante. Pero otra vez el local no lo perdonó en su tercera llegada al arco de Andújar. Fue una jugada plagada de errores en la cual la defensa albirroja fue un desconcierto y un solo jugador en medio de cuatro rivales terminó convirtiendo el 2-0. Fallaron todos, pero principalmente Julián Marchioni, que se quedó habilitando al delantero local.

Si bien los merecimientos no son excusas, irse 0-2 en el primer tiempo pareció demasiado castigo para un equipo que pagó realmente caro sus desatenciones defensivas y la poca claridad para convertir, porque con Lucas Rodríguez por derecha había sido superior en una parte del juego a su rival. Claro, sin hacer goles no hay equipo del universo que pueda ganar.

CUANDO ESTABA PARA EMPATAR...

En la parte final final Nelson Vivas volvió a realizar cambios en el esquema. Afuera Aguirregaray (el sector izquierdo ya es un dolor de cabeza) y adentro Javier Toledo. El equipo defendió con tres jugadores y Rodrigo Braña retrocedió para ser la salida.

Con Toledo ganó de arriba en el medio y de inmediato Jeisson Vargas reemplazó a Auzqui (el cambio no se entendió). El Pincha siguió buscando y errando goles. Ni siquiera con el ingreso de Ignacio Bailone pudo romper el cero, porque Ardente le sacó un tiro a quemarropa del marplatense.

Pero de tanto ir por arriba y abajo, Lucas Viatri encontró de cabeza el gol del descuento. Ganó en el primer palo tras un córner y decretó el 2-1. Se venía la heroica para Estudiantes, que un minuto después tuvo el empate en la cabeza de Bailone. Pero el delantero cabeceó lejos del arco y la pelota se fue lejos del caño izquierdo de Ardente.

En la contra se equivocó Tití Rodríguez y un centro de derecha a izquierda hizo lucir a Emanuel Denning, que anticipó a Schunke. Golpe letal para el Pincha, que se derrumbó anímicamente otra vez.

Lo buscó de todos modos y en el último minuto de descuento otra vez de cabeza marcó Viatri, sólo para que la estadística diga que la derrota de Estudiantes fue 3-2.

Una caída inesperada y dolorosa. Primero porque la talla del rival no hacía imaginar una derrota, algo que se fue confirmando con el correr de los minutos. Y dolorosa porque ya es indudable que el equipo está en baja, justo en el tramo final del año.