Un par de loros puso en fuga a un grupo de ladrones en Villa Elvira

Un trámite llevó a una familia de Villa Elvira a tener que dejar varias horas su casa. Ocurrió el sábado a la tarde, durante casi tres horas, lapso en el cual alguien entró a robar. Pero se encontró con un par de loros, que empezó a gritar y no le dio todo el tiempo que necesitaban para robar más cosas de las que finalmente se llevaron.

De acuerdo a lo que pudo saber este diario, como si hubiesen estado vigilando sus movimientos, apenas salieron los dueños de esa propiedad, situada en la calle 120 entre 77 y 78, un grupo de ladrones se metió en la finca.

No se sabe a ciencia cierta cuánto tiempo estuvieron. Sí que escaparon muy rápido con distintos elementos de valor.

¿SE FUERON ANTES?

En la tarde de ayer, este diario visitó el barrio en el que se cometió el robo y obtuvo el testimonio de los damnificados.

Se trata de Nicolás Urrutia y Marianela Rapagnani, ambos de 32 años, quienes expresaron que “nos fuimos de casa entre la una y las cuatro de la tarde del sábado, así que dentro de ese horario fue que se metieron a robar”.

Al ser consultados sobre cómo ingresaron los ladrones en el inmueble, hicieron saber que “nos doblaron toda la puerta de entrada, según la Policía con una barreta, al punto que ahora le pusimos dos pasadores. Pero voy a tener que cambiarla”.

Cuando se les preguntó por los faltantes, Nicolás y Marianela señalaron que “se llevaron la billetera del nene, donde había apenas 20 pesos, y además una bicicleta playera y una hidrolavadora”.

Igual, dentro de la amargura que sienten por lo ocurrido, dieron a conocer una circunstancia risueña.

En tal sentido, aludieron a que “tenemos una bicicleta playera que, cuando nos fuimos, estaba con las gomas desinfladas. Pero alguien que los vio escapar, aseguró que se la llevaron andando. Así que de alguna manera hasta se tomaron el trabajo de inflarlas”.

“Creemos que los delincuentes no se llevaron más cosas, seguramente porque estaban los loros”.

Sobre esa conjetura, explicaron que “habrán gritado bastante, porque cuando ven movimientos bruscos se sobresaltan. Y nuestros perros, que están en el fondo, cuando los sienten gritar se ponen a ladrar con todo”.

“Seguramente habrán pensado que esa situación iba a generar sospechas en los vecinos y se tuvieron que ir sin robar otra cosa”, consideraron.

Dentro de un contexto de inseguridad, en el barrio se informó que en los últimos días también robaron en una forrajería y en un autoservicio.