Función estelar: “Rogue One” invade la pantalla

Ha sido un año con pocos éxitos de taquilla y marcado por la decepción que generaron los grandes estrenos: ambos lanzamientos de la comiquera DC cortaron millones de boletos pero menos de los esperados, y dejaron lisiada a la franquicia para el futuro; “El bebé de Bridget Jones” fue vista por casi nadie y hasta “Doctor Strange” de Marvel y la reaparición del universo Potter en la pantalla grande rindieron por debajo de las expectativas.

¿Agotamiento de un modelo de producción que privilegia sagas, precuelas y spin offs a material original? “Rogue One: una historia de Star Wars” desafiará la idea del estallido de la burbuja a partir de esta noche, cuando aterrice en los cines del mundo, incluidos los de la Ciudad, buscando vestirse de salvador y restituir vitalidad a la alicaída taquilla.

Y “Rogue One” no sólo chocará contra una taquilla tibia: además de ser la primera en situarse fuera de la narrativa principal de Skywalkers y Solos de “Star Wars” (al menos, la primera para cine: pocos recuerdan ya los embarazosos intentos por recaudar un poco más que fueron los especiales para TV “La Navidad de Star Wars” y “Una aventura ewok”) romperá otras barreras y desafiará varios de los rígidos preceptos de la saga que se han vuelto tradición tras siete entregas.

El más notable es sin dudas la ausencia de John Williams, el compositor de la épica banda de sonido que tiene gran responsabilidad en el suceso que fue “Star Wars”. Por primera vez dejará la batuta, que pasó a manos, primero, de Alexandre Desplat (“El gran hotel Budapest”) pero que, tras retrasos en la filmación debido a problemas de producción, terminó recayendo en Michael Giacchino (“Lost”).

UNA HISTORIA BELICA

Además, habrá un cambio de estética respecto al resto de los filmes. Tras seis entregas conducidas por George Lucas y el Episodio VII, que reinició la historia, a cargo de J.J. Abrams, quien tendrá ahora la oportunidad de ponerse al frente de una cinta de “Star Wars” es Gareth Edwards (“Godzilla”), quien llevó la estética sucia, de trincheras, de aquel filme a “Rogue One”, por primera vez filmada con muchísima cámara en mano.

¿La idea detrás de este cambio de estética? El primero de tres spin offs planificados, dijo Kathleen Kennedy, presidenta de Lucasfilms, será una historia bélica; mientras que el segundo (las correrías de un joven Han Solo) será un western y el tercero (aún sin nombre o tema) se enfocará en el aspecto más espiritual de la galaxia creada por Lucas.

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En ese sentido, Edwards tomó como referentes para su historia de guerra en una galaxia muy muy lejana las escenas de lucha de la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Vietnam, buscando un mayor realismo. Casi todo el rodaje se llevó a cabo en los estudios Pinewood de Londres, pero una parte crucial se desarrolló en las islas Maldivas y también en Jordania.

El resultado es una historia con grandes dosis de acción y rebeldía donde un grupo de asesinos a sueldo, ladrones y criminales intentará robar los planos para la siempre presente Estrella de la Muerte, el arma de destrucción masiva con que el Imperio amenaza dominar toda la galaxia.

Hay quien ha querido ver en esta nueva entrega un mensaje antiTrump, tanto por la diversidad racial (están el mexicano Diego Luna, los chinos Donnie Yen y Wen Jiang, el afroamericano Forest Whitaker, el danés Mads Mikkelsen y el inglés de origen pakistaní Riz Ahmed) y de género de sus héroes -un grupo de marginados encabezados por Felicity Jones- como por la invitación a la rebelión individual, ante la ausencia de liderazgos claros, para hacer frente al mal, es decir, al Imperio. También por la contraposición entre el discurso de la seguridad, que simboliza el Imperio, frente a la libertad, los rebeldes.

Pero lo cierto es que las lecturas políticas y la relación entre el poder y el individuo siempre han formado parte del universo concebido por George Lucas a finales de la década de los 70, y en concreto la apología de la subversión como camino hacia el heroísmo definió los episodios IV, V y VI. Desde esta noche, con funciones especiales en cuatro salas a la medianoche, el público argentino podrá sacar sus propias conclusiones.

El negocio de la nostalgia

“Rogue One” es la octava película de la saga de “Star Wars” y la primera situada al margen de la narrativa principal. Desde que Disney compró Lucasfilm en 2012 puso la maquinaria a funcionar para amortizar el desembolso millonario, de modo que no habrá Navidades sin saga durante  cuantos años. Y el negocio de la nostalgia de momento le ha dado buenos réditos a Disney. 

“El Despertar de la Fuerza”, dirigida por J.J Abrams, salvó sus cuentas el año pasado, con una recaudación global superior a los 2.000 millones de dólares. Medios especializados estadounidenses estiman que “Rogue One” puede debutar en EE.UU. en torno a los 130 millones de dólares, frente a los 248 millones que recaudó la cinta de Abrams en su primer fin de semana.