Un juez reclama más seguridad en los tribunales penales de La Plata

La sala de audiencias de la planta baja del fuero penal de 8, entre 56 y 57, volvió a ser escenario anteayer de un episodio violento, cuando se dio a conocer a conocer la sentencia por el caso de una joven que fue golpeada y abusada en 2012, en la localidad bonaerense de Saladillo.

Pasado el mediodía y tan sólo unos minutos después de que escuchara el veredicto que lo condenaba a 19 años de prisión tras haber sido encontrado responsable, junto a otros cuatro hombres, de ese caso, José Figueroa sacó de una de sus zapatillas un elemento cortante y con extrema frialdad se cortó el cuello.

El intento de suicidio provocó corridas y escenas de pánico entre los presentes en la sala, a la espera de la lectura del veredicto por el abuso sexual de una joven de 14 años, que, por las lesiones que sufrió, estuvo dos meses en coma, y al recuperar el conocimiento una marcada regresión que provocó que quedara sin habla, que perdiera la capacidad de caminar y hasta de ingerir alimento.

Figueroa era uno de los cinco imputados por el hecho y además era el único que había llegado en libertad a la lectura de la sentencia. Previendo un resultado como el que se dio, el hombre llevó una hoja de afeitar que más tarde, como declaró un testigo, “sacó de entre sus ropas y utilizó para rebanarse el cuello”.

En ese instante, Figueroa fue interceptado por personal del Servicio Penitenciario, que le quitó la hoja de afeitar, y lo trasladó al hospital San Martín.

Allí se le realizaron suturas y curaciones, y según informaron desde el nosocomio, a poco de ser ingresado, “ya está fuera de cualquier situación de peligro”.

Sobre este violento episodio, el presidente del Tribunal Oral en lo Criminal IV, Emir Caputo Tártara, manifestó en el programa televisivo que conduce Enrique Russo, “Justicia en primera persona”, que “se habían tomado los recaudos para evitar la situación, se había convocado a personal de la DDI y agentes penitenciarios para detener a esta persona (por Figueroa), pero algo falló para que ocurriera este altercado. Esto demuestra que quienes trabajamos en una sala estamos en riesgo de sufrir un ataque por lo que pedimos exhaustivos controles para evitar algún hecho similar en el futuro”.

El magistrado dio detalles sobre episodios anteriores, como el ataque que sufrió la secretaria del Tribunal, Mariana Arreche, por parte de un imputado, que entró a su despacho con un pedazo de vidrio.

En ese caso, un policía que custodia el lugar actuó con rapidez y neutralizó al atacante, que no alcanzó a herir a la secretaria.

Este hecho, y otros (ver aparte) activó el alerta en Tribunales, y se enviaron notas de advertencia al Servicio Penitenciario bonaerense, encargado de la custodia y traslado de detenidos en Tribunales.

Luego, al dar mayores explicaciones sobre el caso que le tocó juzgar, junto a sus pares Germán Alegre y Juan Carlos Bruni, destacó que el brutal episodio que, según entendió la justicia, se trató de una especie de ajuste de cuentas que estuvo motivado por el suicidio de un joven que había tenido una relación con la víctima de la violación.

“Según las investigaciones el adolescente se habría quitado la vida porque el fugaz romance que mantuvo de manera furtiva con la joven le habría hecho perder a quien era su pareja estable de toda la vida”, dijo el juez

“Esto -agregó- provocó que el grupo de cinco hombres que llevaron adelante el ataque intentarán tomar revancha de aquella drástica decisión tomada por el joven que además de ser amigo del grupo, era familiar de uno de los implicados en la brutal violación”.