Madrugada de terror en un barrio que no descansa por la inseguridad

Una familia fue asaltada ayer mientras dormía. Fue en una vivienda de la calle 67 entre 2 y 3, cerca de las 03.00.

Los ladrones eran tres y menores de edad, según una filmación que los captó en el preciso instante en que vulneraban el acceso a la propiedad.

Según esas imágenes, sólo dos de los delincuentes entraron al domicilio y, al parecer, tenían un cuchillo, con el que amenazaron a un matrimonio (Guadalupe Ruíz Díaz y Juan Vallynay) y a su pequeño bebé.

Lo que siguió después, es lo que siempre ocurre en estas instancias tan dramáticas: hubo fuertes amenazas y el desapoderamiento de 10 mil pesos en efectivo y dos celulares de última generación.

Poco después, con las víctimas presas del miedo, el asaltante cargó el botín, abrió la puerta de entrada y, con apoyo de sus cómplices, sacó dos bicicletas de la casa para darse a la fuga.

INDIGNACION

Una vez que los damnificados se repusieron parcialmente de lo ocurrido, por una aplicación de geolocalización, pudieron saber que uno de los aparatos que les habían robado estaba en la cuadra de 63 entre 2 y 3.

Justo en ese lugar, como se sabe. funcionaba el antiguo Centro de Reubicación de Menores, que disparó las sospechas: “Los internos salen a robar y después regresan al instituto como si nada”, fue la opinión de varios vecinos.

Sin embargo, desde esferas oficiales salieron a aclarar que ese alojamiento para menores con problemas penales ya no funciona como tal desde hace más de un año (ver aparte), por lo que las primeras conjeturas enseguida perdieron fuerza.

De haber sido así, como opinaron distintos frentistas, que siempre estuvieron en contra de la instalación de esa institución en el barrio, se trataría de un verdadero escándalo.

¿UN AGUANTADERO?

Igualmente, muchos insistieron con sus dudas y dispararon: “No funcionará más, pero lo usarán como aguantadero o para descartar elementos robados. Es muy extraño que justo el sistema de rastreo haya marcado ese lugar”.

“Nadie sabe quién controla el edificio o cómo lo controlan. En esta zona estamos hartos de los robos y lo que pedimos es que la Policía esté más presente”, indicó uno de los organizadores de las reuniones contra la inseguridad.

La zona roja es otro de los enormes problemas que hay en ese sector de la Ciudad. Al punto que semanalmente los vecinos se reúnen para pedir lo de siempre: que se interrumpa la venta de drogas a simple vista y en plena calle, que se prevengan los robos armados y que mejoren las condiciones de seguridad e iluminación en los espacios públicos.

En el marco de una situación en la que el expendio de cocaína y otras sustancias se extiende por distintos puntos, en ese barrio incluso se implementó un método inaugurado en la zona Norte tiempo atrás: la de las urnas instaladas en lugares de acceso común para que se denuncien anónimamente a los vendedores.

“Pedimos cámaras de seguridad”, “queremos seguridad para el barrio” y “no a la venta indiscriminada de drogas”, son las consignas más destacadas .

“La zona roja ya es blanca. Además de eso, hubo algunos acontecimientos en los últimos días. Por ejemplo, el caso de la escuela 45, que tiene que tener un patrullero parado en la puerta para que los maestros puedan dar clases”.

LOS LADRONES, PROFUGOS

A todo esto, de los tres ladrones que irrumpieron por la madrugada en la vivienda de 67 entre 2 y 3, nada se sabía al cierre de esta edición.

“Estamos trabajando con las imágenes de la cámara de seguridad que los captó en pleno robo, en busca de su identificación. Y verificaremos si no quedaron registrados en otros domos de la zona”, explicó un jefe policial en diálogo con este diario.