Isela Costantini: renuncia de alto vuelo

Fue uno de los desembarcos rutilantes en el inicio del gobierno de Mauricio Macri. Pero Isela Costantini, que venía de ser CEO de General Motors, fue -también- la primera funcionaria nacional a la que, en definitiva, le piden la renuncia. Lo hicieron cuidando algunas formas, pero fue -ahora se sabe- casi un despido. Su experiencia al frente de Aerolíneas Argentinas, tras las controvertidas gestiones de Julio Alak y Mariano Recalde, duró menos de un año.

“Me gusta pelear y que me enfrenten”, había dicho Costantini en una entrevista, cuando todavía no imaginaba que iba a pasar de General Motors a Aerolíneas. En perspectiva, la frase parece haber sido premonitoria. Peleó, la enfrentaron y terminó afuera del Gobierno.

Según algunas versiones, Costantini se resistió al desembarco privilegiado de Avianca en el mercado aerocomercial doméstico (un proyecto que alienta la Casa Rosada para que comiencen a concretarse inversiones en la Argentina). Esa posición habría sido uno de los motivos centrales que desencadenó su abrupta salida del equipo de Gobierno.

Pero aseguran que no fue lo único. En los últimos días, habría enojado a la Jefatura de Gabinete una actitud aparentemente condescendiente de la funcionaria con el paro del lunes pasado. Le imputan haber facilitado las cosas a los gremios aeronáuticos con la decisión empresaria de suspender directamente los vuelos.

“Razones personales” adujo Costantini en su renuncia. No pudieron, sin embargo, ocultarse las diferencias que provocaron su sorpresivo alejamiento

Joven, deportista, formada en Estados Unidos, Isela Costantini fue la primera mujer en administrar una automotriz en la Argentina.

Tiene 44 años y es brasileña, pero hija de argentinos. Tiene dos hijos y es Licenciada en Comunicación con un máster en la Universidad de Loyola en Estados Unidos. Su fuerte siempre fueron los números y los desafíos. “Hice atletismo toda mi vida y peleaba contra mi propio tiempo”, dijo en una entrevista. Llegó a ser campeona sudamericana en vallas.

En el 2015 fue reconocida como CEO del año, tras la votación de empresarios y líderes de opinión. Fue también la primera ejecutiva argentina en integrar el famoso ranking de la revista Fortune de las mujeres más influyentes del mundo.

Clásica y sobria para vestir, casi sin maquillaje y con un cómodo corte carré en el pelo. Esas son las marcas de un estilo austero que esconde a una mujer acostumbrada a moverse en círculos de poder.

Sus padres son sanjuaninos y ella también siente que ésa es su tierra.

“El sanjuanino es mi primer idioma, ni siquiera el castellano, es el sanjuanino y el portugués porque en realidad aprendí a hablar el sanjuanino en mi casa pero mezclo con portugués y con inglés, se me mezcla un poco de todo”, dijo en una entrevista.

En San Juan sus dos apellidos son reconocidos entre las familias más tradicionales Su padre es dueño de una prestigiosa clínica cardiológica en Brasil, y también es propietario de fincas con manzanas y uvas en ese país, donde elabora un vino que se llama “Angaco”.

Está claro que la trayectoria de Isela Costantini le abriría nuevas oportunidades en el sector privado. Sin embargo, el final de su experiencia en Aerolíneas parece echar algo de sombra sobre una carrera meteórica que hasta ahora no parecía haber tenido tropiezos.

Quizá por eso su tristeza indisimulable cuando se despidió esta semana de la compañía estatal.

Mario Dell’Acqua, un ejecutivo de 62 años, ex Techint y actual director general de Intercargo, la empresa de handling y servicios de rampa estatal, será su sucesor. La salida incluye también la partida de dos directivos claves: el director de Recursos Humanos y el de Legales.

“La compañía estuvo hoy en una situación de shock. Los integrantes de la mesa chica sabemos la verdad y esto no fue para nada consensuado. Tampoco es verdad la idea de razones personales. Es cierto que ella estaba enojada con varias idas y vueltas pero de ninguna manera planeó una partida así”, se sinceró alguien que tuvo un contacto directo con ella durante los últimos doce meses.

Antes de entrar a General Motors trabajó en una empresa de perfumes, una productora de azúcar y una fábrica de velas. En todos lados se destacó

Había tejido una muy buena relación con los gremios aeronáuticos (demasiado buena, quizá) y eso se notó en la despedida. “Acá nadie lo puede creer. Nos sorprendió a todos. Aplicó todos sus conocimientos y estuvo llevando adelante muy bien la empresa. No es creíble que sea una renuncia. En una empresa privada la hubieran premiado y acá se da todo lo contrario”, opinó Ricardo Cirielli, titular de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico. Y agregó: “es una gran pérdida para Macri”.

Dirigió a lo largo de este año la aerolínea estatal, con 12.000 empleados. El tiempo dirá si su salida obedeció a sus aciertos o a sus errores. Por lo pronto, se ha ganado el incómodo lugar de ser la primera funcionaria de Macri a la que se le pide la renuncia (más allá de los maquillajes y las cortesías), cuando es sabido que el Presidente no se inclina con facilidad por el cambio de sus funcionarios.

La “curva de aprendizaje”, a la que alude siempre el Presidente, no ha servido, en este caso, para atenuar las cosas.

Para Costantini empieza una nueva etapa. Para Aerolíneas también. Después de todo, es una compañía acostumbrada, en todo sentido, a las idas y vueltas.