José Supera: la creación de la vida como metáfora

Con su nuevo trabajo, “Un donante anónimo”, el autor platense José Supera confirma una vez más que ya no se lo puede clasificar como escritor o periodista. Su obra pasa a ser performática, mutante, deja de ser narrativa para volverse plástica, artística, música. Ya en la contratapa de la novela, editada por Malisia, puede leerse que la obra fue concebida en vivo y en tiempo real, ya que Supera, durante varios meses, en el 2014, estuvo escribiendo la novela por capítulos en la terraza de El espacio (6 y 59) mientras era proyectada en una pantalla gigante. El público era testigo viernes a viernes del progreso de la novela. Todo esto era acompañado por música de DJs.

Supera se afirma como alguien que quiere romper estructuras. Escribir en vivo es romper una estructura. Escribir una novela en vivo es romper dos estructuras. Publicar una novela en vivo es romper tres estructuras. Y como si esto fuera poco, la presentación de la novela fue una obra de teatro adaptada por Beatriz Catani en el teatro Princesa y rodeada de prestigiosos actores y músicos de la escena local.

La historia de “Un donante...” es simple. Un hombre trabaja desde hace varios años como donante de esperma en una clínica. Se enamora de una mujer que también trabaja ahí adentro y alquila su vientre. La historia no para y está en movimiento permanente. Pero de lo que habla el autor es de lo que hacemos con nuestros cuerpos, en una época de comercio, de Black Fridays o Cyber Mondays, donde ya no importa vendernos al mejor postor sino alquilarnos, ser sujetos de varios a la vez, realizar nuestros cuerpos; la vida como sujeto de consumo, la creación misma pasada por un postnet. Quizá no sea el tiempo de esta novela. Pero en cien años, en doscientos, quizás alguien rescatará esta obra y dirá que, cuando todo el mercado de cuerpos recién estaba empezando, alguien se animó a escribir sobre la cuestión.