Barajar y dar de nuevo

El Lobo debe encontrar una identidad y no tiene tiempo para seguir con los ensayos interminables

SAN JUAN
ENVIADOS ESPECIALES

La eliminación en las semifinales de la Copa Argentina es mucho más que un golpe a la ilusión para Gimnasia. En verdad se trata de la caída a una densa realidad, que encuentra a un equipo que está de mitad de tabla hacia abajo en el campeonato local y sin una clara identidad de juego.

El adiós al sueño de meterse en un partido final después de 23 años deja a los mens sana con la sensación de que hay mucho por hacer, ahora, en la competición principal.

Gimnasia no tiene una línea de juego definida. Ha ido mutando en cuanto a diseños tácticos y a elección de intérpretes sin solución de continuidad. Y lo que podría ser visto como una virtud -por el cariz multifacético de sus tácticas- en realidad no es más que el reflejo evidente de que el entrenador, ya entrada la temporada, todavía no encontró el equipo, ni la manera de jugar, ni sus futbolistas predilectos para desempeñar su idea estratégica.

Hay un amplio espectro de factores que influyen en este momento de Gimnasia. Hubo un mal armado inicial del plantel, cambios de nombres constantes en la formación principal, modificaciones continuas del dibujo táctico y, también, una nociva cuota de mala fortuna, como por ejemplo la lesión de Maximiliano Coronel, el hombre clave de la defensa, que no pudo aportar su voz de mando en el partido más importante en mucho tiempo para el Lobo.

El armado del plantel dejó muchas dudas. Lo primero que se pone en tela de juicio es el ojo de Gustavo Alfaro para elegir los refuerzos. El DT pidió expresamente a Christian Ramos y el zaguero peruano jamás estuvo a la altura, como tampoco Darío Bottinelli, otro jugador pedido por el técnico y que hasta el momento está a años luz de brindar lo que el equipo necesita.

Como contrapartida, los dos jugadores que el club decidió incorporar sin el aval específico del DT, Sebastián Romero y Lucas Lobos, son las dos mejores incorporaciones por lo visto hasta aquí. Chirola es un “todocampista” con un oficio notable que viene rindiendo de bien para muy bien y el “10”, aún con sus limitaciones físicas, es otro que aporta desde el talento.

A lo largo de la competencia, aún no logró apreciarse a qué juega Gimnasia. En ningún partido salió a tomar el protagonismo del trámite. Y en varios de los que apostó exclusivamente por la defensa como primer recurso, quedó completamente desnudo de fútbol, como ante Independiente o River. Hubo jugadores que perdieron el puesto y aún se deben estar preguntando por qué. El caso paradigmático en este sentido es el de Franco Niell, que de buenas a primeras se encontró afuera de todo, sin haber sido menos que otros que siguieron gozando del crédito del DT.

Llegó el momento de barajar y dar de nuevo en el fútbol tripero. En el próximo receso no podrá equivocarse en la elección de los dos nombres para reforzar el plantel, a los que se sumarán Coronel, Rinaudo y el chico Noble ya con más rodaje. A esos refuerzos, tendrá que sumarles la consolidación de una línea de juego que sea respaldada a lo largo del tiempo. Se viene un gran desafío para el Lobo.

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