La pista de los perros y las dos cámaras
| 4 de Diciembre de 2016 | 01:46

María Angélica Olmo solía dejar la puerta que da al fondo de su casa sin llave, para que sus cuatro perros entraran y salieran libremente. Eso sí, al patio delantero no accedían. Los investigadores creen que el o los asesinos (no está claro cuántas personas actuaron) ingresaron por el fondo saltando un paredón y salieron por la puerta principal, que el sobrino de la mujer encontró cerrada, pero sin llaves. Las mismas quedaron en el lugar.
Los datos aportados por vecinos permiten tener una idea de la hora en que sucedió el crimen. Un hombre recordó haber pasado a las 2 de la mañana y no notar nada raro y otro, a las siete, le llamó la atención que uno de los perros estuviera adelante. “Los asesinos debieron dejarlo salir cuando se fueron por la puerta principal”, explicó un pesquisa.
De este modo, con testimonios que reconstruyen las últimas horas de la víctima, sus contactos y los movimientos de la cuadra donde vivía, antes, durante y después del momento del crimen, los investigadores esperan esclarecerlo.
Apuestan también a los rastros levantados en la escena (sobre todo a los que pudieron quedar en el cuchillo secuestrado con restos de sangre) y a las imágenes que registraron dos cámaras municipales situadas en 21 y 526 y 2 y 526, detalló un pesquisa. Por ahora, todo es misterio, aunque la causa recién suma algunas fojas.
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