Quiso evangelizar al ladrón que lo redujo junto a toda su familia

Con un matrimonio y su hija de 20 años entregados al sueño, un delincuente trepó ayer a la madrugada las rejas del frente de un elegante chalet de La Granja, llegó al techo del garaje, levantó la persiana del dormitorio de la chica y se metió en su cuarto.

Momentos aterrorizó a todos en esa vivienda de 135 entre 529 y 530, primero a la joven, que se despertó con un desconocido en su habitación, y luego a sus padres, que descansaban en otro dormitorio de la planta alta.

Con un arma de fuego en la mano, el asaltante, que confesó a los damnificados tener 24 años, los obligó a recorrer con él ambas plantas del domicilio en busca de dinero y objetos de valor.

Esa penosa situación se desarrolló entre las 3.15 y las 4.15 de la mañana, según confirmó ayer a la tarde el propietario del inmueble, César Camacho (55), de nacionalidad paraguaya y pastor de la Iglesia Adventista.

“LE HABLE DE DIOS”

Camacho, quien se presentó “master en Teología”, reveló a este diario que en pleno asalto “le hablé de Dios” a quien mantenía amenazada a su familia.

Después de escuchar sus palabras, el delincuente le dijo al dueño de casa que “cuando estuve en la cárcel leí la Biblia”.

Camacho resaltó un par de veces que el asaltante “nos trató de manera amable y educada”, pero no pasó por alto que el muchacho reveló tener “24 años y que sale a robar desde los 14”.

La víctima contó que el joven “estaba lúcido, pero lo único que le importaba era robar dinero y cosas de valor”.

El pastor detalló que les robó dinero (evitó no precisar el monto), “diversos aparatos de electrónica, teléfonos celulares, relojes y hasta nos pidió bolsas para cargar todo eso, además de irse también con mi maletín”.

Lo que no pudo establecer Camacho es cómo hizo el asaltante para escapar de su casa y del barrio con esas bolsas, aunque lo más probable es que afuera lo esperara un cómplie en un auto.

EN UNA CUADRA, DOS MUDANZAS POR MIEDO

Se sabe que la inseguridad deja marcas que persisten más allá del episodio que las causa. Camacho y su familia lo saben bien.

“Hace 9 meses que vivimos en esta casa y aunque es sumamente cómoda y mantenemos una buena relación con los vecinos, ahora estamos pensando en mudarnos”, confesó.

Según explicó el pastor adventista a este diario, “mi esposa y mi hija quedaron profundamente asustadas y angustiadas por el mal momento que nos tocó vivir, al punto que esta mañana (por ayer) tuve que llevarlas en el auto a la casa de mi hijo en Buenos Aires”.

“No quieren saber nada con volver a vivir acá”, amplió.

De concretarse la mudanza de esta familia, se sumaría a otra que hubo en una casa de enfrente hace menos de dos meses. La dueña de esa propiedad resolvió irse después de sufrir una entradera junto con su pequeña hija, contaron en el barrio. La casa, también importante, quedó vacía y los vecinos se encargan de mantener el césped cortado.

La familia Camacho radicó la denuncia por “robo calificado” en la subcomisaría La Unión. Instruye la UFI de Autores Ignorados.