Tevez: una historia con final abierto

Por EDUARDO TUCCI
OPINION

En la previa del Superclásico Carlos Tevez hizo explotar una bomba. Por un momento toda la atención concentrada en torno al River-Boca quedó superada por una afirmación que no es nueva, pero igual pegó con fuerza: “No sólo puedo irme a China, también pienso en el retiro”.

De esta manera el Apache le puso más incertidumbre a su futuro en un año en el que abundaron episodios similares.

Los archivos marcan que esta no es la primera vez que el “Diez” habla sobre la chance de la salida anticipada, por más que tiene vigente un contrato por dos años más con Boca.

El 25 de julio, en simultáneo a una licencia que le otorgaron por el desgaste ocasionado por el trajín y el golpe que provocó la eliminación en la Libertadores durante las semifinales con Independiente del Valle, también reconoció que pensó en “dejar todo” aunque su “amor por Boca” lo llevó a seguir.

Este año, por momentos, Tevez fue el de las jugadas distintas y los goles decisivos. Pero también apareció el Apache contrariado, con cara de pocos amigos y con signos de cansancio

Tres días después de esa confesión el jugador estrella del equipo azul y oro protagonizó una avalancha de críticas que incluyeron la falta de organización en el club, la ausencia de la infraestructura necesaria y las peleas que se estaban produciendo entre los entrenadores de las divisiones juveniles xeneizes. Esa vez hasta tuvo que intervenir Angelici para disipar los nubarrones.

Las idas y vueltas de los últimos tiempos incluyeron declaraciones que fueron de una punta a la otra: “Yo me voy a quedar a cumplir mi contrato con Boca, por más que venga Nápoli o Chelsea a buscarme”, había dicho antes del bombazo lanzado en la previa del encuentro con Lanús, por la Copa Argentina en el mes de septiembre, cuando en una improvisada rueda de prensa en la puerta del hotel Costa Galana de Mar del Plata repentinamente también tiró lo del retiro a fin de año.

Fue un año cambiante para Carlitos. Por momentos volvió a ser el de las jugadas distintas, los goles decisivos, los puños cerrados en señal de euforia. Pero también apareció el “otro”, el de la cara de pocos amigos, contrariado y con signos de cansancio.

Pese al recorrido que arrastra el “Diez”, resulta indudable que a la larga pesan el desgaste que implican su liderazgo en el vestuario, la ausencia de objetivos y cómo se vive el fútbol en nuestro país.

Justo el día antes de volver después de la suspensión aplicada por el insulto a Delfino en el recordado encuentro con Belgrano en la Bombonera, el ídolo boquense también sorprendió con el retiro y estas afirmaciones: “Está planteado que un partido es de vida o de muerte y no se puede estar todo el tiempo así”, aunque seguidamente reflexionó: “Lo que me hace feliz es entrar los domingos a la Bombonera y poder darle alegrías a la gente que me apoya día a día... Me quedaría toda la vida en el club”.

Ahora, cuando las preguntas giraban en torno al interés de un club chino que se lo quiere llevar sí o sí, Tevez volvió a colocar en el centro del escenario la posibilidad de colgar los botines. Lo hizo a su estilo: “Pienso en el clásico, luego en Colón y después me caso... Imaginate la preocupación que tengo”. Seguramente habrá más capítulos para esta historia.