Crece la venta clandestina
| 11 de Marzo de 2016 | 20:51

Cuando a comienzos de los años 2000 llegaron a La Plata desde su Africa natal, sus improvisados puestos solamente tenían relojes y bijouterie, cadenitas, aros y anillos. Hoy los 250 senegaleses que se calcula viven en la Ciudad, mayormente en la zona de la Terminal de Omnibus, ya venden carteras, billeteras, anteojos, bolsos, termos, mates y todo tipo de accesorios.
Los puestos de venta ambulante -prohibida por ordenanza municipal- cada vez son más y se distribuyen por calle 12, por 7, por 8 y también coparon diagonal 80 desde 1 hasta Plaza San Martín. Los precios, algunos irrisorios, contra los cuales los comerciantes afincados en locales del centro no pueden competir, generan dudas de todo tipo. ¿De dónde proviene esa mercadería?, ¿dónde compran lo que comercializan los senegaleses?, ¿quién es el mayorista?.
Con sus maletines y estructuras de madera se instalan en esquinas clave. En calle 12 desde 54 hasta 60 no hay menos de diez senegaleses, mientras que en el microcentro y la zona de diagonal 80 existen alrededor de 60 puestos, tanto en 7, 8 y 9 como en las transversales desde 44 hasta 60. Toda la zona es copada por los puestos ambulantes.
A pesar de estar prohibida la venta ambulante, la Municipalidad los deja “trabajar” ya que no se han realizado, al menos en el último año, operativos para evitar esta actividad ilegal.
“Realmente no sabemos de dónde sacan lo que venden los africanos pero es imposible competir con sus precios. Nosotros tenemos que pagar alquiler, impuestos, tasas y servicios. Ellos montan sus puestos en la calle y por ejemplo tienen relojes por menos de 100 pesos. Para quienes estamos afincados con todas las de la ley, representan una competencia desleal”, dijo un comerciante de calle 12 que prefirió mantener su nombre en reserva.
“¿Las autoridades que deben controlar la venta ambulante, se preguntaron alguna vez sobre la procedencia de la mercadería que vende esta gente?”, expresó indignado el dueño de una marroquinería.
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