La polémica alimentación BARF

Los animales de Tina Messjetz no comen alimento balanceado. Sus cuadrúpedos sólo consumen carne cruda. “Me gusta comparar la BARF y la comida industrial con las verduras y el fast-food”, dice esta asesora en nutrición. Para ella, la comida BARF (término conformado por las iniciales de “bones and raw foods”, es decir, huesos y alimentos crudos en inglés) es la más adecuada para los perros.

Esta variante nutricional proveniente de Estados Unidos se expandió por Europa a partir de los años 90 y consiste en alimentar a perros y gatos de la forma más natural posible: es decir, con carne cruda (incluyendo órganos internos), cuero y huesos. Esto es enriquecido con verduras y frutas. “Lo único prohibido es la carne de cerdo, ya que puede estar afectada por el virus Aujeszky”, advierte Messjetz, lo cual puede causar la muerte de los animales.

“Se puede enriquecer la comida con verduras y frutas, pero no es imprescindible”, explica. Lo importante es que la comida aporte todos los nutrientes necesarios. En líneas generales, los seguidores de la BARF preparan ellos mismos el alimento de sus mascotas. En algunos países hay incluso tiendas de comida BARF. Ésta también se puede ordenar por Internet y se entrega congelada. Otra opción es encargársela a un carnicero de confianza.

LA POLEMICA

Los expertos discuten acerca de si es necesario alimentar a los animales con comida BARF o no. Quienes defienden el alimento crudo aducen que alimentan a su perro como se alimentaría éste si viviera de forma salvaje. Creen que este alimento es mejor para mantener saludables dientes, pelaje y órganos del animal.

Sus detractores, en tanto, dudan de que un perro deba alimentarse como un lobo. Consideran que el aparato digestivo de los canes de modificó por su vida al cuidado humano y que alimentarlos como si fueran lobos salvajes no es lo más atinado.

Muchos veterinarios opinan igual. Según dicen, no están comprobadas las ventajas de la BARF, pero sí sus riesgos. A través de la carne pueden transmitirse agentes patógenos a los animales y también a las personas. Además, una mala dosificación de los alimentos puede redundar en deficiencias alimenticias. Por eso, en la alimentación BARF, es imprescindible estar seguro de la calidad de los alimentos.

También es importante saber qué cantidad de cada alimento debe incluirse. Lo mejor es asesorarse con un especialista. Las recomendaciones alimenticias dependerán de la edad, el sexo, la salud y la raza del animal.

Los costos son otro argumento en contra de la BARF: muchas veces sale más caro que comprar alimento seco.

La pregunta es: ¿hay diferencia entre un perro alimentado con BARF y uno alimentado con alimento seco? Para Messjetz, la respuesta es contundente: los perros que comen BARF son más ágiles, sanos y les brilla el pelaje. Si bien es cierto que los perros que comen BARF no suelen presentar sobrepeso, no hay pruebas de que sean más sanos.

La realidad es que la BARF tiene cada vez más adeptos. Muchos dueños abrazan esta modalidad con la esperanza de paliar intolerancias a ciertos alimentos de los animales -cada vez más frecuentes. Sin embargo, no siempre es posible dominar la enfermedad gracias a la BARF, aunque a veces funciona.