Brasil, ante un capítulo decisivo para Dilma

No sería exagerado decir que esta semana se jugará buena parte del futuro de Brasil. Para el martes está programado el encuentro de la dirección ejecutiva del Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB). De ser el socio en el gobierno de Dilma Rousseff y en los dos de Lula da Silva (2003-2010), la cúpula de esa agrupación parecería dispuesta a abandonar el barco para “evitar hundirse” con él. Eso significaría, en principio, que varios ministros que hoy participan del Ejecutivo, en áreas estratégicas -como Salud y Energía- deberían renunciar de inmediato.

Algunos sectores piensan que esa “vuelta al llano” de los “pemedebistas” imprimirá velocidad al proceso de juicio político contra la jefa de Estado. Es que dicen que al cambiar la correlación de fuerzas, llevará al alejamiento de otras fuerzas políticas de centro derecha que hoy comparten el poder. Es el caso del Partido Progresista (PP). De ese modo, al PT le quedaría una sociedad limitada con la izquierda moderada.

En este contexto, el presidente del Partido de los Trabajadores, Rui Falcao, afirmó ayer que la formación quiere “la paz” en medio de la grave crisis política que vive el país, pero advirtió que “no teme la guerra”.

“Las manifestaciones mostraron lo siguiente: queremos la paz, pero no tememos la guerra”, afirmó Falcao en un mensaje publicado en las redes sociales.

En las últimas semanas Brasil ha sido epicentro de manifestaciones a favor y en contra del Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, unas protestas que han reflejado la escalada de polarización política que se vive en las calles del país.

Falcao aseguró que el partido defenderá el “Estado Democrático de Derecho” y recalcó que “derribar” a Rousseff no garantizará la “estabilidad” en el país.

“Si creen que la estabilidad vendrá derribando a Dilma, están muy engañados. La estabilidad llegará con el fin del ‘impeachment’ y la posibilidad de volver a crecer”, añadió.

La mandataria está amenazada por un proceso de destitución parlamentaria que ha comenzado a ser tramitado por la Cámara de los Diputados.

Para intentar esquivar este proceso Rousseff necesita el apoyo del PMDB. Ese apoyo es el que se le negaría esta semana.

El PMDB está liderado por el vicepresidente Michel Temer, quien muchos creen que está armando ya un gobierno alternativo.

En las redes sociales, Falcao también volvió a defender la designación de Lula como ministro, un nombramiento que fue suspendido por un magistrado del Supremo Tribunal de Brasil que consideró que el Gobierno estaba intentando obstruir la Justicia.

Rousseff alegó que necesitaba de la experiencia de Lula para enfrentar el intento de abrirle un juicio político por unas supuestas irregularidades en los balances del Gobierno en los últimos años, pero la oposición insiste en que fue nombrado ministro para conseguir el fuero privilegiado.

Lula, uno de los líderes más carismáticos de Brasil, es investigado en dos procesos por supuesta corrupción y la Fiscalía de Sao Paulo llegó a solicitar su prisión preventiva.

La Corte Suprema aún tendrá que pronunciarse sobre si mantiene la sentencia que suspendió el nombramiento de Lula como ministro.