Escuchó ruidos, salió de la casa y le pegaron con un fierro en la cabeza

De escuchar los ruidos que venían de la puerta del frente a estar amenazado a golpes por los ladrones, para la víctima pasaron solamente segundos. A partir del asalto que sufrió, el hombre terminó internado en un hospital, por las lastimaduras y por el estado de shock que lo dejó paralizado, aún cuando todo hubo terminado.

Cerca de las 3.30 de la madrugada de ayer, un par de delincuentes llegó a la cuadra de 37 entre 17 y 18, y eligieron rápido el lugar en el que se meterían a robar, según estimaciones policiales.

Hubo unos segundos en que se escucharon los ruidos de los sujetos forzando con una barreta la puerta de entrada de unos departamentos. Uno, tal vez el único, que escuchó eso fue el hombre de 46 años que vive ahí y terminaría sufriendo el asalto.

golpes y amenazas

“Salió de su casa, se asomó a ver qué pasaba y se le aparecieron de golpe los delincuentes, que le pegaron un fierrazo en la cabeza con la palanca que tenían”, explicaron voceros del caso.

Desde ahí y hasta el baño de su departamento, a la víctima la llevaron amenazada, sin darle chance a defenderse. Cuando lo encerraron en ese cuarto le exigieron que entregara la plata que tuviera.

Ante lo tenso de la situación, no pudo más que obedecer y señalarles en dónde tenía “una mochila con alrededor de nueve mil pesos”, indicaron los mismos informantes consultados por EL DIA.

Otra fuente allegada a lo ocurrido agregó que los delincuentes permanecieron ahí unos minutos más en busca de otros elementos para llevarse. No trascendió si los encontraron, pero sí que decidieron emprender la huida de inmediato, ante la posibilidad certera de que algún vecino hubiera oído la secuencia y avisara a la policía.

Nada de eso habría sucedido, porque los voceros del CPC dijeron que fueron alertados por la propia víctima, que pedía ayuda desesperada. Los agentes lo identificaron como Marcelo Suárez. Como todavía estaba herido por el fierrazo que le dieron en la cabeza, decidieron que debía recibir atención médica.

Una vez más los policías tuvieron que hacer de ambulancieros y llevaron al herido a la guardia del hospital Italiano, donde lo curaron. Su estado no era grave, pero había factores que hacían creer que podía estar en riesgo: “Sufre de problemas cardíacos y estaba muy nervioso cuando los efectivos lo fueron a ver, justo después de que terminó el robo”, señalaron las fuentes.

Por la misma razón, en pleno contexto de amenazas y golpes, “es muy poco lo que el hombre llegó a ver de los ladrones: las caras, la ropa y si tenían algún vehículo. Casi nada”, resumieron los allegados al expediente.

En el barrio se suscitó la preocupación por la inseguridad, a partir de este caso y por otro ocurrido sólo cuatro días atrás en una concesionaria de autos.

Fue cuando tres delincuentes armados irrumpieron en una agencia de diagonal 76 entre 43 y 18, de donde huyeron con dinero en efectivo y una computadora.

El hecho, de acuerdo a calificadas fuentes policiales, ocurrió poco antes de las 20 del miércoles.

Los ladrones cargaron el botín y salieron a toda velocidad hacia otra agencia de las calles 32 y 16, donde repitieron toda la violenta maniobra delictiva. Aún seguirían prófugos.