Un regreso no muy feliz

Después de tres años y ocho meses Mariano Andújar volvió a atajar oficialmente en la Primera de Estudiantes, en lo que fue la presentación de ayer contra Huracán en Parque Patricios. Sin dudas no será un recuerdo que tendrá el arquero en su futuro.

Si bien su actuación no fue mala, el resultado negativo, la floja actuación del equipo y los constantes insultos que recibió de parte de los hinchas locales harán olvidable la tarde vivida en la Quema.

No había comenzado bien la tarde para Mariano Andújar, que cuando ocupó el arco principal recibió una mayor cantidad de silbidos e insultos, que multiplicaron a los que había escuchado cuando salió a realizar el precalentamiento.

El arquero no se había ido bien del Globo. Eran épocas muy difíciles, con demasiadas carencias económicas. Con un puñado de horas en Primera discutió con el presidente Néstor Vicente y se marchó a Italia. Los hinchas no lo personaron.

De todos modos no dejó de llamar la atención, porque en otra oportunidad jugaron en La Plata y los hinchas no lo habían maltratado.

Según se supo en Parque Patricios no le perdonan que haya declarado su amor por Estudiantes y que se haya tatuado la Copa Libertadores en su brazo derecho. En fin, cosas del irracional fanatismo argentino.

El arquero no respondió a las agresiones, pero sí se quedó unos segundos con la vista puesta en la popular, como buscando una explicación a tan insólita reacción.

La primera pelota la tocó a los cuatro minutos. Pase largo para el Rolfi, que superó a todos los defensores. Inicialmente la iba a despejar fuera del área, pero dio un paso atrás y la embolsó.

La segunda la tuvo que jugar con los pies y la mandó a la tribuna, en esa inconsistente salida al ras del piso, que hasta el momento sólo le trajo dolores de cabeza al equipo.

No fue exigido en demasía, pero siempre tuvo la pelota cerca de su área, ya que los compañeros no jugaron un gran partido.

En el gol no pudo hacer nada. Le patearon dentro del área y el rebote, lejos de ser para un compañero, le dejó el gol servido a Ramón Abila, que ya le convirtió tres goles a Estudiantes en tres partidos.

Así pasó el regreso de Andújar, gris y sin éxito, como la actuación de un equipo que ayer jugó el peor partido de la era Vivas.