Otro caso pone en debate las restricciones perimetrales

En Tolosa, un caso de violencia familiar volvió a poner en debate la real utilidad de las órdenes de restricción perimetral. Es que, según dijeron ayer los padres de una joven, su ex pareja se presentó en la casa, cuando no podía acercarse a 100 metros de ese domicilio, para “amenazarla y romper todo”. Incluso, luego de un operativo policial, el sospechoso, que estuvo aprehendido un par de horas, regresó a la misma vivienda supuestamente para pedir disculpas, aunque desoyendo otra vez la prohibición judicial.

El incidente comenzó el domingo a la noche en 15 entre 521 y 522. Ahí vive una chica de 24 años junto con sus padres y su nene de un año. El padre de la criatura quedó señalado como el autor de una serie de agresiones e intimidaciones contra esa familia.

El muchacho, de 20 años, tenía prohibido acercarse a la casa. También debía mantenerse lejos de la chica y de la madre. “Pero apareció igual y con un arma. Primero rompió el vidrio del frente, rompió portones, se subió a un techo y fue hasta donde estaba ella”, contó Sergio, el padre de la chica.

El momento más tenso se vivió cuando el acusado “le sacó el nene de los brazos y se lo llevó en una bicicleta”, agregó. Desde que el muchacho fue hasta la finca de la calle 15, “hubo un montón de llamados al 911, de vecinos y de nosotros. Pero no venía nadie. Tuvimos que salir nosotros a buscar un patrullero por el barrio, porque estábamos desesperados”, dijeron las víctimas.

Según los padres de la joven a la que le habrían arrebatado el bebé, recibieron auxilio recién “dos horas y media después” de que el conflicto se desató. Ellos les dieron a los agentes las posibles direcciones donde podrían ubicar al joven, siempre en esa zona.

Según un reporte enviado desde la comisaría a este medio, el acusado fue encontrado en un comercio de 16 entre 520 y 521. “Cuando lo distrajeron, una policía le sacó al nene”, relataron los abuelos de la criatura, que salió ilesa. El operativo fue encabezado por Diego Galarza.

El expediente que se le abrió en su contra lleva la calificación de “amenazas y daños” como cargos que se le imputan. Ya en la madrugada de ayer, el sospechoso fue llevado a declarar a una sede policial, de donde se fue libre un par de horas después.

La familia de la chica ocupó toda la madrugada y la mañana siguiente con los trámites policiales. Y estuvo cerca de sufrir una nueva intimidación, cuando “el pibe volvió a la casa, a pedir perdón supuestamente y a ver al bebé”, dijo Sergio, quien se encargó de enfrentarlo y echarlo.

La tensión, entonces, parece aún vigente para ellos. Si bien habrá un rondín enviado desde la comisaría para ver -una vez al día- que todo esté en orden, la familia subrayó que la restricción perimetral no sirvió para prevenir esto. Y cuestionó la decisión de la fiscalía de turno de decidir la liberación del joven, por la presunta falta de mérito, porque la Policía no lo encontró en plena irrupción del domicilio.

A esta situación se llegó a partir de “varios antecedentes de violencia” hacia la chica. El último, hace algunos meses, terminó con que a ella “le desfiguraron la cara”, señaló Sergio. Los padres de la chica manifestaron sentirse hostigados todo el tiempo por la situación: “No damos más, estamos solos”.