Otra noche histórica en nuestra ciudad

El aire estaba electrificado: Coldplay llegaba al país tras 6 años, para un recital que según deslizó Chris Martin podría ser el último, por lo que las emociones corrían altas entre los más de 50 mil fans que esperaban ansiosos la llegada de la banda al escenario del Estadio Ciudad de La Plata, para el primero de sus dos recitales.

El aire ya estaba cargado, entonces, cuando el combo comenzó a amagar con su salida: puso los pelos de punta con el aria “O mio babbino caro” a todo volumen y las luces encendidas, luego las apagó y siguió coqueteando con salir a escena mientras las pulseras plásticas entregadas a los asistentes, encendidas de color rojo, iluminaban la noche; y finalmente, sí, Coldplay emergió en escena con fuegos artificiales y lluvia de papelitos para entonar “A Head Full of Dreams”.

“Buenas noches, amigos, estamos muy felices de estar aquí”, dijo Chris Martin en español, antes de seguir la fiesta con “Yellow”, que hizo estremecer el estadio. El espectáculo continuó con “Birds”, que Martin entonó con bandera argentina, rodeado de los papelitos y los globos que continuaban cayendo. La intención de Coldplay era evidente para entonces: llevar al escenario el color, la emoción y la sencillez de los sonidos y las imágenes de su último disco, “A Head Full of Dreams”, que terminó de cimentar el cambio de sus últimos álbumes, menos melancólicos y que abrazan los ritmos, la épica humana y la felicidad.

Siguieron la hímnica “Paradise”, con Martin al piano, para pasar a la pausa de “Everglow” y “Magic”. Y la sección más emotiva de la noche se coronó de manera inmejorable: con los primeros acordes de “Clocks”, una de las mejores canciones de la banda, el Unico estalló en una ovación que luego se transformó en coro multitudinario a la hora del estribillo.

El repaso por el delicioso repertorio de la banda inglesa continuó con “Politik”, el hitazo “Hymn for the weekend”, y, en un nuevo momento a flor de piel, con “Fix you” (con las pulseritas cambiando de color: con un truco sencillo, vistieron el estadio de fiesta), antes de entonar “Hero” en homenaje a su compositor, David Bowie.

Para el primer cierre, volvió el fuego: con “Adventure of a lifetime”, el nuevo y bailable hit, Martin hizo agachar a todo el estadio antes de saltar, justo en el momento en el que la canción estalla. El regreso al escenario fue desde el final de la pasarela, para privilegio de ese sector tantas veces olvidado de la audiencia, con “Army of one", “Us against the world” y “Green eyes”, el pedido del público argentino.

La banda volvió al escenario principal para comenzar a despedirse con “Amazing day” y “Sky full of stars”. “Ha estado increíble”, dijo el líder de la banda, antes de cerrar con una lluvia de papelitos, una explosión de pirotecnia y la felicidad coral de “Up and up”.

Tras no salir de gira en 4 años, los ingleses mostraron que el descanso les sentó bien y desplegaron durante el show toda su energía. Con un sonido brillante y atronador y un combo letal de himnos, color y emoción, Coldplay hizo temblar las rodillas incluso de aquellos padres que habían acompañado a sus hijos sin la menor idea de lo que iban a ver.

Fue una fiesta descomunal, una de las noches más cargadas de sentimiento que viviera el Estadio Ciudad de La Plata en su historia. Durante las dos horas que duró el show, repasaron completa la lista de éxitos de sus siete discos y dejaron a sus fans pidiendo clemencia, al borde de un ataque de emoción. Y todavía falta una función más...