Don Quijote, Sancho Panza y un “manual para gobernar”

Por ABEL BLAS ROMAN (*)

No necesitó reelecciones, ni ejércitos, ni palacios. A Sancho Panza le alcanzaron diez días y una buena dosis de sentido común para ganar fama de buen gobernante. Pasaron cuatro siglos. Y su “fórmula” para gobernar parece escrita para todos los tiempos.

En este mes de abril de 2016 se cumplen 400 años de la muerte de Miguel Cervantes. Desde Alcalá de Henares, lugar de su nacimiento, se ha proclamado “el mes del Ingenioso Hidalgo”, con epicentro en el día 22, evocado como el aniversario de la muerte del “genio de la generosidad”. Toda España se ha encendido en homenajes cervantinos, conferencias, seminarios, y las más variadas interpretaciones de su obra; y el mundo entero reconoce a su “Don Quijote” como el libro más importante del habla española y tal vez, junto con la Biblia, el Corán “La República” de Platón, “La Ilíada “y “La Odisea, “La Divina Comedia”, “ La Suma Teológica” , “ Vida Paralelas”, la obra de Shakespeare, “El Discurso del Método” “La decadencia de Occidente” y “Tiempos Modernos”, una de las lecturas imprescindibles para tratar de desentrañar (esfuerzo inacabable, por cierto) el sentido de la existencia del hombre en este planeta. Por ello, considerada la efemérides literaria más importante del año, ya ha tenido manifestaciones universales, precipitadas en este mes de abril.

El gran mensaje de Cervantes, como señala Ortega y Gasset en sus “Meditaciones sobre el Quijote”, es que el hombre debe adecuarse a los valores vigentes en su tiempo. No puede pasarse añorando los estilos y formas del pasado (por más nobles que sean, por mas gallardos y atractivos que nos parezcan). El riesgo de no poner nuestros pasos a la altura y velocidad de la época que nos toca vivir, es caer en la locura, como le pasó al simpático caballero de la Mancha, o lo que es peor, en la desesperanza, que siempre significa exterminio.

Es por eso que, aprendiendo la lección, para poner a Cervantes en sintonía con nuestros días, conviene preguntarse:

¿Qué fuerza espiritual empuja la extraordinaria peripecia de Cervantes, que aún mutilado (había quedado manco en Lepanto), encarcelado y engrillado injustamente, tiene el vigor para pergeñar una de las obras más importantes de la historia del hombre? ¿Cómo se explica que este hombre privado de sus libertades más esenciales, produzca un acto de libertad creadora de tal magnitud que trascienda sus tiempos y llegue a nuestros días, cuatrocientos años después de su muerte y once más de su primera edición? Pero hay algo más: su mensaje se mantiene tan cristalino como vigente.

Los quejosos habitantes del Siglo XXI, rodeados de comodidades que se nos antojan casi como naturales, tenemos varias reflexiones para hacer, apoyados sobre la reeditada obra de Cervantes, quizá demasiado voluminosa para estos tiempos de” WhastApps”.-

Pero en las páginas de EL DIA, como un modesto reconocimiento a la gigantesca figura de Cervantes, se puede recordar una pequeñísima parte de su obra cumbre: El relato de los consejos de Don Quijote cuando Sancho Panza es instituido Gobernador.

El pintoresco pero sensato acompañante del Jinete flaco y enjundioso, de la triste figura pero el alma rebosante de impulsos justicieros, es nombrado gobernador, casi como una burla, pero las reflexiones de Don Quijote, pueden servirnos de inspiración aún a nosotros, ciudadanos de La Plata del Siglo XXI.

En el capítulo XLII de la segunda parte de “Don Quijote de la Mancha”, unos duques aragoneses entregan a Sancho Panza el gobierno de la Ínsula de Barataria. Antes de partir a ejercer el gobierno de la citada ínsula, el “Ingenioso Hidalgo” Don Quijote le dará consejos sobre cómo debe comportarse en su “cargo”. Y aunque el gobierno de Sancho durará sólo 10 días, le dará tiempo a realizar muchas actuaciones y sacar fama de buen gobernante.

En términos de hoy, un analista partiría de la perspectiva situacional; y el enfoque del “Nuevo liderazgo” (cuando el líder tiene un objetivo o una misión). Y preguntaría por su desempeño.

¿Es Sancho Panza un buen gobernador? Aquí hay que recordar el pensamiento de Don Quijote: “No sólo debes ser honrado y trabajador, sino también ser un hombre de pueblo, entendiendo a tus vecinos, y escuchando a todos, aún a tus enemigos, porque serás tú, Sancho, quien deba tomar las decisiones, pero no sin antes escuchar a todos, y muy atentamente a los más sabios y prudentes, que conocen a sus gentes y a sus lugares pues los habitan y los sufren”.

Durante su breve gobierno, Sancho Panza resuelve una serie de cosas: el caso del viejo del báculo, el de la mujer y el ganadero, el labrador negociante, los dos que peleaban, el del tejedor, el de los dos adolescentes y el caso del puente. En todos ellos seguirá los consejos de Don Quijote a la hora de actuar, siendo honesto y escuchando a todas las partes antes de adoptar una decisión.

Pero también establece una regulación al precio de los zapatos, una tasa a los salarios de los criados y medidas para combatir la picaresca. Logra una fama rápida y sorprendente de buen gobernante. Sin embargo, no podemos decir que todos los rasgos y comportamientos de Sancho Panza se ajusten al paradigma (aunque sea ficticio) de buen gobernante ya que no tiene paciencia para aguantar más de 10 días al frente de la Ínsula.

La pretensión de Don Quijote era que Sancho obrara “como un buen hombre de pueblo” y se integrara con sus vecinos, escuchando a quienes vivían en la ínsula, conocían sus necesidades y sufrían sus virulencias. Y que estuviera “orientado a las personas”, buscando provocar buena influencia en las gentes del lugar, generar confianza y apoyo y crear un clima organizativo agradable.

Don Miguel de Cervantes: ¿Has escrito esto hace cuatrocientos once años? ¿O tal vez ayer? Quizá sus consejos sirvan en algún lugar del Cono Sur, de cuyo nombre, tampoco yo me quiero acordar.-

 

(*) Ex Intendente Municipal de La Plata.

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