En un barrio de Ensenada crece la preocupación por los robos

Según la gente que vive ahí hace años, el barrio Cambaceres de Ensenada “siempre fue muy tranquilo”. La situación parece haber cambiado en las últimas semanas, a partir de que “empezaron a robar a cualquier hora y siempre a mano armada”, dijeron los vecinos, a la espera de que las autoridades intervengan antes de que el paisaje empiece a volverse más complejo.

Para delimitar el sector que más se ve castigado, ellos hablaron de un rectángulo de varias manzanas comprendidas por las calles San Martín, Eva Perón, Chile y Bolivia. “Parece increíble porque es siempre en esta parte”, aseguraron. Todo arrancó hace aproximadamente un mes.

Los últimos episodios de inseguridad se vivieron este fin de semana. En uno, a una pareja la sorprendieron en la puerta de su casa y la amenazaron a punta de pistola. Los motochorros no alcanzaron a concretar el hecho y las víctimas se quedaron aterradas.

Muy cerca de ahí, hubo ayer a las 14 otra secuencia, en la que los delincuentes se metieron en una casa. No se sabe si intentarían forzar una puerta o si se iban a llevar lo que encontraran en un patio. El dueño alcanzó a echarlos. Era tal la indignación que tenía que prefirió no hablar del hecho con los medios.

Diferente fue la reacción de otros vecinos, que se reunieron ayer a la tarde en el cruce de Alem y Chile, para una entrevista en conjunto con este diario.

Muchos contaron cómo padecieron esta escalada del delito. “Esto pasa a cualquier hora, pero sobre todo durante la siesta, a la tarde temprano. No son siempre los mismos ladrones. Se meten por los balcones o por el lugar que encuentren. Nosotros tenemos que vivir cada vez más enrejados”, se lamentaron varios de ellos.

Tal vez el episodio más violento fue uno en el que, en un parque cercano, apuñalaron a un chico para sacarle la bicicleta. En los otros casos no hubo agresiones físicas: “No vamos a esperar a llegar a eso”, aseguraron.

nostalgia

Entre jóvenes y adultos más grandes, todos coincidieron en que ese barrio siempre fue tranquilo. “Los chicos podían jugar tranquilos en la calle, se podía andar sin problemas”, señalaron, nostálgicos.

Con intenciones de recuperar esa situación, en el barrio ya estudian la chance de presentarles notas por escrito a la Policía y a la Comuna para que se trabaje en la prevención, con patrullajes, cámaras de seguridad y otras medidas.

Mientras, al menos intentan cuidarse entre ellos. En un grupo de Whatsapp cada uno le avisa al resto cada vez que pasa algo. Muchos salen a la calle en auxilio, pero eso en ningún caso ayudó tampoco a frustrar un robo.